La pileta de los 144 millones de euros: el escenario del Mundial de Natación en Budapest

Esta ciudad no tenía pensado sumergirse al agua en 2017. Sin embargo, a Guadalajara no le cerraban las cuentas. La ciudad mexicana era la encargada de organizar el Mundial de Natación, pero con las finanzas en terapia intensiva le cedió la posta a la capital húngara. Un pasa manos, resuelto en un mes. Guadalajara se bajó en febrero de 2015 y en marzo ya estaban asignada la nueva sede. En la capital húngara se disputará el Mundial Master donde una delegación de Escualo podrá ver la pileta con sus propios ojos.

La hinchada en el Duna Arena ni había comenzado a calentar las gargantas cuando hoy el británico Adam Peaty lo dejó mudos. Necesito de 23 brazadas Peaty para firmar 26.10 segundos en los 50 metros pecho, récord del mundo para un deportista acostumbrado a pulverizar los cronómetros. El inglés detuvo el cronómetro en 26.10 segundos y estableció un punto alto en el Mundial que se realiza en Budapest; el argentino Martín Naidich quedó eliminado en los 800 metros libres.

«Son muy rápidas», explica Gustavo Roldán, jefe técnico de Argentina. Con 50 metros de largo por 25 de ancho, la pileta cuenta con 10 carriles y una temperatura ideal para los nadadores, el agua oscila entre los 26 y 27 grados. Y, como pasa en el tenis, las piscinas techas son más rápidas que las descubiertas. «Tienen un sistema rompe olas. El agua no rebota en los laterales, sino que es un borde que se llama finlandés que permite que se genere un desborde y caiga en una canaleta», completa Roldán. El predio del Duna Arena alberga tres piletas. Una, la principal, se quedará para siempre; las otras dos se desmontarán y buscarán un nuevo destino. Quizás no encuentren otro cobijo como el estadio de Budapest.

En el barrio Angyalföld, en la antigua ciudad de Pest, el español Pujol, junto a la constructora húngara Market, realizaron el pintoresco edificio. Vestido de azul, con onduladas formas grises en el exterior, el Duna Arena puede alojar a 12.000 espectadores. «Genera un ambiente ideal para que haya récords, por la atmósfera que se crea, por los colores que tiene. La luz es espectacular y el interior es precioso. Tengo la impresión de que a los nadadores les ayuda. Es una piscina adecuada», explica Pujol, sobre las instalaciones, diseñadas por dos jóvenes arquitectos húngaros, que costaron cerca de 144 millones de euros. Según la prensa local, el precio se duplicó respecto de los que estaba presupuestado.

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