Desarrollo sostenible: los árboles vuelven a ser la tecnología de punta para revolucionar la ganadería bonaerense

La provincia de Buenos Aires es el corazón de la ganadería vacuna argentina. En 2019 tenía más de 19 millones de animales en sus campos lo que representaba el 35 por ciento del total nacional, según datos del Ministerio de Desarrollo Agrario bonaerense. Pero hay un problema (además de la sequía): hace cada vez más calor y no hay sombra para que las vacas se refugien. «La mayor parte de la Provincia es un pastizal natural, pero está rodeada de lo que se conoce como espinal que son bosques de algarrobo o caldén, eso no significa que no se puedan plantar nuevos árboles”, indicó el Ingeniero forestal Ángel Rossi.

Ahí podría estar la clave para el futuro de la ganadería bonaerense: integrarla a bosques o implementar el llamado silvopastoreo que consiste en producir carne y madera en el mismo pedazo de tierra. “Hay cada vez más interés por parte de los productores ganaderos que durante mucho tiempo no lo tuvieron en cuenta con la hipótesis de que el árbol te saca recursos del suelo para el pasto”, agregó el especialista.

Se trata de sistemas productivos que ya se usan en provincias del norte argentino, pero, poco a poco, van llegando a estas latitudes. ¿Será porque en el verano 2022/2023 hubo 8 olas de calor extremo? Quizás sí, pero también hay quienes ven una oportunidad de desarrollo económico.

“Esto puede calificar como una actividad de triple impacto: económico, social y ambiental”, afirmó el ingeniero agrónomo Ángel Rossi. Él es uno de los encargados del establecimiento La Negra que en el partido de Chacabuco está implementando la producción silvopastoril hace unos 4 años. Si bien “todavía es pronto para hablar de resultados” el campo es uno de los casos de estudio del V Congreso Nacional Sistema Silvopastoriles que se va a hacer en octubre en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Desde el Delta hacia el sur

La ecuación es bastante sencilla: “Se mezcla la ganadería, que es una actividad de corto o mediano plazo, con la forestación, que es de largo plazo”, resumió Rossi. Para graficarlo: un animal puede llegar al mercado al año, mientras que un árbol puede llevar una década.

Así se hace en el del Delta del Paraná donde ya hay una industria maderera muy desarrollada, entre otras cosas, porque tiene bosques y aserraderos cerca (en San Pedro, por ejemplo, está la planta de Papel Prensa).

“El día de mañana si los intendentes se avivan se puede generar un clúster maderero. Con muy poca plata se podrían instalar aserraderos o incluso aserraderos móviles”, advirtió el agrónomo de La Negra. Según él, en el interior bonaerense los gobiernos locales “con muy poca cosa podrían ayudar” a fomentar estos sistemas que mejorarían el bienestar animal, pero que también podrían generar nuevas posibilidades de desarrollo económico.

La Provincia pone primera

El gobierno de la provincia de Buenos Aires está dando un primer paso en esta materia. A principios de septiembre, los ministerios de Ambiente y Desarrollo Agrario firmaron un convenio con autoridades nacionales para promover “la realización de actividades agrícolas, ganaderas y forestales, procurando la sostenibilidad de los recursos naturales de cada jurisdicción”.

De acuerdo a ese documento, el Gobierno tiene 60 días (desde el 6 de septiembre) para crear el “Comité Técnico Provincial para el Manejo de Bosques con Ganadería Integrada”. A partir de ahí, el objetivo será elaborar un plan de manejo que complemente la actividad ganadera con la forestal aprovechando ambos recursos de manera “sostenible”.

Fuente: Infocielo

Redaccion

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