En un plenario conjunto de las comisiones de Agricultura y Ganadería, que preside el radical Ricardo Buryaile y de la que forma parte el Diputado Nacional del Frente de Todos Rogelio Iparraguirre; y de Presupuesto y Hacienda, a manos del oficialista Carlos Heller, ayer se dio dictamen al proyecto que regula la producción, comercialización e investigación de cannabis medicinal y cáñamo
La Cámara de Diputados, a través de las comisiones de Presupuesto y Agricultura, de la que forma parte el Diputado Nacional Rogelio Iparraguirre, dio dictamen este martes al proyecto del Poder Ejecutivo para establecer un «marco regulatorio para el desarrollo de la industria del cannabis medicinal y del cáñamo industrial» que ya fue aprobado en el Senado en 2021. El objetivo es brindar un marco regulatorio para la inversión pública y privada en toda la cadena del cannabis medicinal y complementar la actual legislación, la Ley 27.350, que autoriza el uso terapéutico y paliativo del cannabis.
Este proyecto fue elaborado por el Ministerio de Desarrollo Productivo, en el marco de la agenda legislativa del Gobierno que busca impulsar la producción. Colaboraron también las diputadas del Frente de Todos Carolina Gaillard y Mara Brawer -quienes ya trabajaban en proyectos para desarrollar la industria del cannabis y el cáñamo-, las principales oradoras durante la reunión de comisiones que culminó a las 18 hs en el edificio Anexo de Diputados.
Las comisiones de Agricultura y de Presupuesto habían aprobado el dictamen del proyecto en noviembre pasado, pero perdió vigencia el 10 diciembre como consecuencia del recambio legislativo. El proyecto promueve mecanismos de autorizaciones para los productores y comercializadores, y estrategias de seguridad, fiscalización y trazabilidad en la cadena. En el caso del cáñamo industrial, apunta a legalizar los eslabones productivos, los de comercialización y sus subproductos.
El Diputado Nacional, Rogelio Iparraguirre, integrante de la comisión de Agricultura de la Cámara baja indicó que “el objetivo es el desarrollo de la cadena con uso medicinal y fisioterapéutico mediante un marco regulatorio para regularizar proyectos que hoy existen” y añadió: “con este proyecto buscamos también el desarrollo de la industria del cáñamo, que es una variedad específica con baja concentración de THC no psicoactivo. Tenemos mucho potencial que ya es una realidad en varias provincias del país, y que llevan detrás investigación para una primera etapa de producción e industrialización. Esto va a generar un gran impacto en las economías regionales”.
El proyecto impulsa además la creación de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME), que tendrá entre sus funciones regular, administrar y fiscalizar toda la cadena productiva de cannabis y cáñamo. También la de otorgar y administrar autorizaciones para producción y comercialización, con especial atención a PyMES, cooperativas y economías regionales. Esa entidad tendrá autarquía técnica, funcional y financiera y orbitará en el ámbito del Ministerio de Desarrollo Productivo.
La ARICCAME tendrá entre sus facultades la capacidad de coordinar acciones necesarias con organismos reguladores para el desarrollo del sector, y estará compuesta por los Ministerios nacionales de Desarrollo Productivo; Salud; Agricultura, Ganadería y Pesca; Ciencia y Tecnología; y Seguridad.
La iniciativa promete convertir al cannabis en otro «commodity» de los que exporta la Argentina, tal como ocurre con los granos o la carne. La industria del cannabis medicinal y cáñamo industrial incorpora cerca de 200 productos y servicios asociados en su cadena de valor, por lo que abre una multiplicidad de opciones para desarrollar actividades de servicios y de producción en toda la Argentina.
El potencial económico para el desarrollo de la actividad del cannabis medicinal y el cáñamo industrial para el año 2025 se proyecta en 10.000 nuevos empleos (alto porcentaje en I+D+i), 500 millones de dólares en ventas al mercado interno anuales y 50 millones de dólares de exportación anuales.