Los obispos alertan sobre la desigualdad

Los obispos, reunidos en Pilar, abogaron también por un “diálogo sincero» entre todos los actores de la vida nacional y exhortaron a la búsqueda de consensos para alcanzar «síntesis superadoras” en la nueva etapa que se abre el próximo 10 de diciembre, tras la asunción de Alberto Fernández.

En el texto, titulado El fortalecimiento de nuestra Nación, los obispos hicieron especial hincapié en la corrupción y la división de poderes. Al respecto, señalaron que “el delito de la corrupción nos tienta a todos de distintas maneras y no será posible un real fortalecimiento de nuestra democracia, sin una firme opción ética en los distintos niveles de la vida social, sin una real división de los poderes del Estado y una participación cotidiana y generosa de cada argentino”.

En otro pasaje destacan que “las mayores hipotecas del país siguen siendo la pobreza, la exclusión y la desigualdad” y que “la grandeza de nuestra dirigencia” se manifestará “si sabe incorporar también los esfuerzos y las búsquedas de los más pobres”.

El documento completo es el que sigue.

“En el inicio de un nuevo período de nuestra democracia, por la cual hemos optado de manera irreversible, queremos caminar con los argentinos para consolidarla cada día más.

Pedimos a Dios que nos ayude para que la senda democrática se traduzca en vida digna, desarrollo integral, trabajo para todos, acceso a la salud y educación de calidad. Reconociendo la inmensa dignidad de cada persona podemos decir que las mayores hipotecas del país siguen siendo la pobreza, la exclusión y la desigualdad.

La Patria requiere de todos un renovado esfuerzo de diálogo sincero y búsqueda de consensos en orden a generar síntesis superadoras. La grandeza de nuestra dirigencia se manifestará en este intento si sabe incorporar también los esfuerzos y las búsquedas de los más pobres.

Nos permitimos recordar que la nueva cuestión social abarca tanto las situaciones de exclusión económica como las vidas humanas que no encuentran sentido y ya no pueden reconocer la belleza de la existencia.

El delito de la corrupción nos tienta a todos de distintas maneras y no será posible un real fortalecimiento de nuestra democracia, sin una firme opción ética en los distintos niveles de la vida social, sin una real división de los poderes del Estado y una participación cotidiana y generosa de cada argentino.

Como ciudadanos responsables estamos llamados a formar un pueblo que, más allá de las discrepancias, sostenga referencias estables que conformen un proyecto común. Esto supone un renovado esfuerzo por superar las distintas formas de violencia y por construir la amistad social.

Jesucristo Señor de la historia, te necesitamos. Virgen de Luján, ponemos a tus pies nuestro futuro”.

 

Fuente: Página12

Redaccion

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