Tensión y violencia del Lunghismo cuando Nicolini llegó al comité para saludar

«Cuando ya se dijeron tantas cosas es muy difícil que se vuelvan a juntar» le dijo a este medio un funcionario lunghista que fiscalizaba en una escuela de Villa Italia, sobre calle Cabral. Se refería, claro está, a las diferencias irreconciliables del concejal Marcos Nicolini con su histórico jefe político, el intendente Miguel Lunghi.

La escena transcurrió como una más acaso sin advertir que sería el botón de muestra del comportamiento que tendría esa misma noche el cacique radical cuando fuera visitado en su bunker, el comité de la UCR de calle Mitre, por su oponente interno para felicitarlo.

Así como lo predijo el fiscal en Villa Italia, la tensión se apoderó del lugar, las caras desafiantes y desencajadas afloraron. Cuando Juan Pablo Frolik advirtió la escena, decidió llevarse al intendente a una dependencia, quien accedió al pedido de su equipo y llegó sin siquiera mirar a Nicolini.

Quienes estuvieron presentes dejaron trascender que el intendente palideció, tuvo que esperar unos 20 minutos para reponerse y finalmente decidió salir a intercambiar un tenso abrazo con palabras de ocasión junto al desafiante interno.

Según la sensación de quienes participaron de la escena, el abrazo no alcanzó para recomponer una relación rota desde hace años y la feroz interna continuará como una guerra fría, aún cuando sus obligaciones provinciales y nacionales los obliguen a sacarse fotos juntos y sonriendo.

Finalmente un audio de una mujer del nicolinismo circuló describiendo que Carlos Fernández la insultó fuertemente y que Pablo Civalleri invitó a pelear a uno de los acompañantes.

 

 

Redaccion

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