El área de prensa de la municipalidad se encargó de difundir las fotos del intendente Miguel Lunghi supervisando obras de asfaltado, lo cual es algo saludable y necesario, aún cuando el asfalto de la ciudad sea una de las principales quejas de los vecinos.
La iniciativa del intendente por mostrarse en esa posición, sin lugar a dudas responde a que el mandatario está comenzando el último año de su cuarto mandato y no piensa dejar el mando político de la ciudad a nuevas generaciones: competirá por un quinto mandato y buscará culminar dos décadas al frente del Ejecutivo local.
La obra que decidió mostrar para salir a seducir nuevamente a los votantes es una obra de asfalto, una de las últimas intervenciones previstas en un plan que se financia con aportes del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Viviendas de la Nación, la ejecución de la obra se dividió en dos etapas.
Mientras tanto, las calles de la ciudad estallan y cada vez más pozos y cráteres azotan los trenes delanteros de autos y motos. Recientemente, por citar un ejemplo, en Pinto y Roca los vecinos debieron improvisar la señalización de un importante cráter con un barril metálico y unas ramas, para que no ocurra un accidente.