Entre los años 1850 y 1860 una oleada inmigratoria trajo a la Argentina a miles de sirios que llegaban al puerto de Buenos Aires para instalarse luego en el interior del país. Así fue que muchos se acostumbraron a consumir yerba mate, una costumbre que llevaron de vuelta las generaciones que fueron volviendo hacia Medio Oriente. Hoy Siria es el mayor importador de yerba mate argentina.
El país de Oriente Medio consumió durante 2017 el 75 por ciento de las exportaciones de yerba mate argentina, un número que crece año a año. La fascinación siria por el mate argentino es tal, que según una nota publicada en la BBC de Londres, muchos sirios piensan que es una costumbre de su región y de su cultura, aunque los sirios no comparten el mate y lo toman desde unos vasos de vidrio con el que toman el té.
Ahora, según el portal La Política Online, tras al bombardeo de Estados Unidos, Francia y Reino Unido al país «matero», «en el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) tienen claro que cada vez que se intensifica la guerra civil en Siria o que ingresan en conflictos como el reciente bombardeo de Estados Unidos caen drásticamente las exportaciones de nuestro país».
Esto es más que preocupante para toda la cadena yerbatera porque si la producción que se destina a Siria se vuelca al mercado local se originan bajas de precios significativas por el sobrestock causando inconvenientes y quejas de los productores y las industrias.
