Del Potro estuvo de festejo en tortuguitas y hoy juega en Mar del Plata

Ni el más optimista de los «delpotristas» soñó lo que vivió esta temporada. Ni siquiera el propio Juan Martín Del Potro sospechó que su regreso sería tan fabuloso después de dos años de traumas y dolores por las cirugías de muñeca izquierda. La cinematográfica reaparición del tandilense no podía haber sido escrita con tanta perfección. La realidad superó ampliamente la ficción. Bandera del histórico campeón de la Copa Davis, medalla plateada en los Juegos Olímpicos de Río, un título de ATP después de 1017 días (en Estocolmo; en enero de 2014, en Sydney, había sido el último), victorias ante seis de los top 10, más de mil puestos recuperados en el ranking, reconocido por sus propios rivales y por el público internacional, distinguido con el Olimpia de Oro… Movió todos los cimientos. Y si bien es verdad que las exhibiciones suelen tener un carácter extremadamente amistoso y, al menos en las de tenis, posee momentos muy distendidos en los que entran en acción hasta los alcanzapelotas, anoche Del Potro recibió, en el estadio DirecTV Arena de Tortuguitas, una gran caricia del público argentino. Fue durante el primero de sus dos partidos de celebración ante el español David Ferrer, por la Copa Peugeot -hoy se repetirá el match, pero en el polideportivo de Mar del Plata-.

Unos 7.500 espectadores le manifestaron a Del Potro una enorme admiración y gratitud, en el triunfo por 7-6 (7-2) y 6-3. El «Olé, olé, olé olé, Delpooo, Delpooo» nació de las tribunas una y mil veces; antes de que Andrés Ciro Martínez tocara las estrofas del himno nacional con la armónica y hasta el último de sus derechazos frente a Ferrer (se adaptó con caballerosidad a su rol secundario). El resultado, naturalmente, fue lo de menos. El propósito fue otro: que Del Potro empezara a cerrar el círculo mágico entre amistades. Y así lo hizo, con mucha emoción, acompañado por algunos de los jugadores, el cuerpo técnico y los dirigentes con los que ganó la Davis. Y con invitados como Martín Palermo, Ricardo Darín, polistas de Ellerstina y el embajador de EE.UU. en el país, Noah B. Mamet, que hizo pintar un mural del tandilense y otro de Andre Agassi en la cancha de la residencia en Buenos Aires. Además, en un sector del estadio y custodiada por varios efectivos de seguridad, lució la Copa Davis, la original, que permanecerá en el país hasta septiembre del año próximo.

Hubo buenos puntos entre Del Potro y Ferrer, claro, y la gente se los reconoció enrojeciendo las palmas de las manos. El gladiador que alguna vez fue número 3 y considerado popularmente como ‘El quinto Beatle’ que batallaba detrás de Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic y Andy Murray, es habitué del ATP de Buenos Aires (lo jugó ocho veces y lo ganó tres), ganó la Davis en la Argentina (Mar del Plata 2008) y fue un buen partenaire en la fiesta.

Al margen de la inactividad que sufrió, no es habitual verlo a Del Potro jugar en la Argentina. De hecho, el último partido oficial que actuó en el país fue en septiembre de 2012, por las semifinales de la Copa Davis ante la República Checa, en el Parque Roca. Aquel fin de semana, Del Potro participó del primer día de acción, venció a Radek Stepanek y, con molestias en la muñeca, ya no pudo jugar el resto de la serie. Los checos ganaron 3-2 y allí se terminó de hacer añicos la relación del campeón del US Open 2009 con Martín Jaite, por entonces capitán. Pocos meses después, en diciembre, Del Potro volvió a presentarse en Buenos Aires, puntualmente en Tigre, para disputar dos exhibiciones con Roger Federer. En enero de 2013, la Torre y el estadounidense Andy Roddick llegaron en helicóptero a Junín y jugaron un match amistoso en la Sociedad Rural. Mientras que en diciembre de ese mismo año, en un court montado en Gimnasia y Esgrima La Plata, Del Potro jugó con el australiano Lleyton Hewitt. Desde esa noche, no había vuelto a presentarse en la Argentina. Y difícilmente lo vuelva a hacer pronto, ya que no jugaría ante Italia, en febrero, por la 1a rueda de la Davis. Pero esa será otra historia. Del Potro protagonizó ante el público argentino una noche de celebración después de una temporada de ensueño.

EL MATCH QUE NO PUDO SER

Del Potro y Ferrer se medirán el miércoles, desde las 21.45, en el polideportivo de Mar del Plata, ocho años después de un partido que nunca se jugó, en el mismo escenario y por el cuarto punto de la final de la Copa Davis, entre la Argentina y España. Aquel match, el 23 de noviembre de 2008, finalmente lo jugaron José Acasuso, que reemplazó de emergencia a Del Potro, lesionado, y Fernando Verdasco, al que el capitán Emilio Sánchez Vicario eligió debido a que Ferrer había tenido una pobre tarea el viernes ante David Nalbandian. Verdasco triunfó por 6-3, 6-7 (3-7), 4-6, 6-3 y 6-1 y España cerró la recordada serie por 3-1.

Fuente: Cancha Llena

Horacio Sobol

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