Cuando la garrocha no garpa o la pésima jugada de Diego Bossio

Diego Bossio no para de acumular malas noticias y demostraciones de rechazo social (y dirigencial) desde el día en que decidió ser el primer referente del Frente Para la Victoria bajo la conducción de Cristina Fernández de Kirchner en agarrar la garrocha y dar el salto para alejarse del espacio que lo eligió en su banca, nada más y nada menos que para bancar al Gobierno de Mauricio Macri en el acuerdo con los Fondos Buitres.

A partir de ese fatídico 3 de febrero en que el tandilense se convirtió en el primer «opoficialista» del nuevo gobierno, las cosas no le han salido nada bien al diputado nacional que supo ser, junto a Florencio Randazzo y hace tan solo un año, uno de los pocos dirigentes del FPV cuya imagen positiva superaba la imagen negativa y tenía buena consideración tanto de propios como de extraños.

Lo último que se conoció, según consigna un portal de nuestra ciudad, es que el líder del bloque «Justicialistas» en la Cámara Baja fue vetado a la hora de subirse al palco junto a Gobernadores, intendentes y dirigentes justicialistas de distintas corrientes, que realizaron un gran encuentro para sentar las bases de su proyecto electoral, de cara a los comicios legislativos de 2017.

Pero este no es el único dato negativo de los últimos tiempos, ya que la semana pasada se difundió una encuesta de la consultora Survey que da cuenta de la imagen negativa que en Tandil tiene «Sanguchito» Bossio, como fue bautizado por el escándalo que protagonizó junto al presidente de la banca PRO Nicolas Mazot, al momento de romper con Cristina y «arreglar» con el partido gobernante.

La encuesta indica que el presidente del PJ de Tandil pasó el umbral del 50% de imagen negativa entre los consultados, lo que lo configura como uno de los políticos de peor consideración en nuestra ciudad.

Qué decir del rechazo que recibió hace poco tiempo que terminó en un papelón en las redes sociales, cuando cambió su foto de perfil en la plataforma Twitter colocando una imagen que lo mostraba alegre junto a un grupo de jóvenes, seguramente durante su pertenencia al kirchnerismo, y tuvo que sacarla por la crítica de quienes allí aparecían: «Mi nombre es Cristian, estoy en esa foto, milito en la JP y vos no me representas. Quitala por favor», escribió Cristian Briega, un chico que se reconoció en la imagen y obligó al ex titular de Anses a cambiarla por una junto a adultos mayores.

A esta altura de las circunstancias no hace falta ser un prodigio en lecturas políticas para advertir que a Diego Bossio la jugada le salió mal. Acostumbrado a escuchar que el peronismo «te acompaña hasta la puerta del cementerio pero no entra», quiso hacer la propia y encabezar una avanzada rupturista contra la expresidenta, pero terminó él mismo ingresando a su propio entierro político, mientras que Cristina a pesar de la enorme persecusión y difamación que está sufriendo por parte del Estado Nacional y todos sus resortes y aliados, sigue manteniendo una imagen positiva del 35 % y una intención de voto que la mantiene como una firme competidora para 2017 y tal vez más allá.

Diego Bossio, en cambio, al haber roto su alianza tempranamente con quien fuera su conductora, y quien confió en él como para catapultarlo a las primeras planas de la política y de la gestión del Estado, quizá esté llegando tempranamente a su ocaso político.

Finalmente, para graficar la nota, decidimos exponer una imagen del programa de América conducido por Mauro Viale en donde Bossio aseguró que «nunca fue kirchnerista». Nobleza obliga, y en un acto de honestidad intelectual, hay que aclarar que la frase completa fue «Nunca fui kirchnerista, siempre fui peronista», pero teniendo en cuenta su absoluto involucramiento con el anterior gobierno y la casi nula participación que se le conoce en otros espacios del peronismo, al igual que casi todo su accionar desde aquel 3 de febrero, la frase lo deja en ridículo.

Redaccion

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