El llamado a declaración de Diego Spagnuolo se hace por presuntos hechos de corrupción por 43 mi millones y la investigación llega los Menem
El fiscal Picardi y el juez federal Sebastián Casanello decidieron avanzar sobre los protagonistas más visibles de la operatoria, entre los que destacan los ahora exfuncionarios Diego Spagnuolo y Daniel Garbellini. Pero dejaron indicios de que avanzarán sobre aquellos que colocaron a Garbellini dentro de la Andis, y a quienes habrían dirigido la cartelización de las droguerías, entre los que descollarían los dueños de la firma Suizo Argentina, los hermanos Kovalivker, de vínculos fluidos con los Menem. En particular, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem.
“Las evidencias recolectadas comienzan a confirmar lo que decía Spagnuolo en los audios”, indicó una fuente judicia. Aludía a los audios que salieron a la luz en los días previos a las elecciones bonaerense del 7 de septiembre pasado, en los que el entonces abogado particular del presidente Javier Milei y titular de la Andis detallaba cobros de sobornos, el rol de Garbellini como recaudador entre las droguerías, y el envío hacia “arriba” de los retornos, con alusiones explícitas a Eduardo “Lule” Menem y a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.
La investigación se centra en un grupo de WhatsApp creado el 15 de febrero de 2022 por Daniel María Garbellini, la «mano derecha» de Spagnuolo. En ese chat participaban Pablo Atchabahian (cuya detención fue ordenada el viernes), «Pato Country» (Patricio Rama) y Mariano Caballi, ambos vinculados al empresario Miguel Ángel Calvete. La relación era tan estrecha que Atchabahian escribió: «somos familia».
El fiscal Picardi determinó que el grupo «se encontraba en la búsqueda de un organismo público para desarrollar sus actividades en conjunto». Los chats revelan que, una vez que Spagnuolo y Garbellini asumieron en ANDIS, Atchabahian (quien había trabajado en la agencia en 2018) le daba órdenes a Garbellini sobre «a quiénes pagar y a quiénes no», a qué personal despedir e incluso cómo incorporar empresas al sistema de pagos SIIPFIS.
La investigación detectó que una empleada de la farmacéutica Roche S.A., Luciana Ferrari, tuvo acceso al sistema SIIPFIS «desde afuera». Garbellini le otorgó un usuario y contraseña (a nombre de otro empleado, Walter Martínez) por pedido de Atchabahian. Los chats también mencionan a Karina Milei como «la que define todo» y a Spagnuolo como «quien habría pedido la ANDIS».
Un informe de la periodista Vanesa Petrillo reveló nuevos chats que, según el fiscal Franco Picardi, demuestran la existencia de una «asociación ilícita» que buscaba usar una «caja estatal» para gestionar intereses particulares.
Picardi resumió que la agencia «fungió como una ventanilla de pagos millonarios, permanentes y direccionados», con «sobreprecios» y «co-gestionada por agentes externos» vinculados a droguerías.
El informe detalla una de las pruebas más contundentes: un diálogo entre Spagnuolo y Miguel Ángel Calvete sobre una entrega de dinero antes de un supuesto viaje de Spagnuolo a Israel. Calvete le dice en un audio: «mañana a primera hora te lo manda a donde le digas o mandále un fercho, ponen algún lugar disimulado».
En otra conversación, Calvete le pidió a su esposa «cinco palos» (millones) en efectivo para «El boludo del pelado que viaja a Israel». Para el fiscal, cobran relevancia las imágenes del sistema de monitoreo de la casa de Calvete, que «forman parte de las pruebas» y muestran a Spagnuolo «ingresando al domicilio (…) con una mochila al hombro».
La Maniobra delictiva
¿Cómo se habría desarrollado la maniobra delictiva dentro de la Andis, según las evidencias que recolectó la Fiscalía? Se estructuró alrededor de la manipulación del sistema informático que utilizaba la Agencia para adquirir medicamentos e insumos de alto costo y baja incidencia. Los funcionarios crearon dos circuitos paralelos de compras: uno “regular” donde invitaban a competir a entre 14 y 16 droguerías, y otro de “compulsas reducidas” donde solo participaban 3 o 4 empresas cuidadosamente seleccionadas: Profarma, Génesis, New Farma y Floresta.
El patrón era siempre el mismo: dos de ellas actuaban como adjudicatarias reales mientras las otras dos simulaban competencia, pero no presentaban ofertas o cotizaban precios que no eran competitivos, creando una apariencia de legalidad en un mercado que en realidad operaba cartelizado en el que alternaban roles según el tipo de producto. Así, Profarma y Génesis dominaban las compulsas de medicamentos (concentrando el 93% de las adjudicaciones), mientras que New Farma y Floresta monopolizaban los insumos auditivos como implantes cocleares y audífonos. (Pulso noticias)



