El aguinaldo de diciembre de 2025 llega con un escenario macro más ordenado, inflación en descenso y un tipo de cambio relativamente estable. Sin embargo, esa calma no se traduce de manera directa en alivio para los hogares. Los salarios reales siguen sin recomponerse y el ingreso extra de fin de año cambia de función dentro de la economía familiar.
Así lo muestra un relevamiento de Focus Market realizado sobre 3.875 casos en todo el país, que expone una redefinición clara del destino del Sueldo Anual Complementario. El foco se corre del consumo discrecional hacia el ahorro forzado y, sobre todo, hacia la supervivencia financiera en un contexto de gastos básicos que siguen presionando.
De acuerdo con datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), 10.051.200 trabajadores asalariados registrados están alcanzados por el cobro del aguinaldo. De ese total, 6.204.300 pertenecen al sector privado, 3.406.000 al sector público y 440.900 al régimen de casas particulares, lo que da una dimensión del impacto que tiene este ingreso en la economía cotidiana.
El dato más fuerte del estudio aparece en el uso del dinero para cancelar deudas y afrontar gastos generales. En conjunto, estos destinos crecen 18 puntos porcentuales frente a diciembre de 2024. En particular, el pago de deudas salta del 13% al 29%, transformándose en el principal destino del aguinaldo de fin de año.
El aguinaldo ya no alcanza y el ingreso extra se va en deudas y gastos básicos
“El salto de 13% a 29% en pago de deudas es el dato más elocuente del relevamiento. El aguinaldo dejó de ser un extra para convertirse en el parche que muchas familias de clase media usarán para cerrar el mes”, explicó Damián Di Pace, director de Focus Market. El diagnóstico apunta al mayor endeudamiento de los hogares y a la persistencia de la presión de los gastos básicos.
En un escenario de salarios más estables pero todavía insuficientes, el ingreso adicional funciona como un verdadero salvavidas financiero. Durante 2025, el 53% de los hogares recurrió a ahorros o endeudamiento para cubrir gastos corrientes, según encuestas previas del año, un dato que ayuda a entender el cambio de prioridades.
El ajuste también se refleja en el retroceso del gasto en ocio y en inversiones. El uso del aguinaldo para vacaciones cae del 26% al 19%, mientras que la inversión en acciones baja del 23% al 19%. La menor predisposición a viajar o a colocar dinero en el mercado financiero refuerza la idea de un consumo más defensivo y prudente.
Otro cambio relevante aparece en la compra de dólares, que desciende del 16% al 12%. En un contexto de mayor estabilidad cambiaria, la divisa estadounidense deja de ser el refugio inmediato del aguinaldo. También pierden atractivo otras opciones tradicionales como el plazo fijo, que baja del 3% al 2%, y el stockeo en supermercados, que cae al 1%, mientras que las billeteras digitales se mantienen en 7%.
“Que el stockeo en supermercado caiga al 1% y el plazo fijo se quede en solo 2% es una señal clara de normalización. La gente ya no siente la necesidad de correr a acopiar ni de inmovilizar pesos a 30 días, porque las tasas reales son negativas y la inflación está más contenida”, señaló Di Pace.
El relevamiento se inscribe en una macroeconomía más ordenada, aunque con un impacto micro todavía incompleto. Datos del INDEC indican que durante 2025 el 37,4% de los hogares utilizó ahorros para gastos cotidianos, un nivel que duplica registros históricos de décadas anteriores. En ese marco, el aguinaldo de diciembre, que debe pagarse antes del 18, aparece más como una herramienta para equilibrar cuentas que para planificar a largo plazo.
La comparación interanual entre diciembre de 2024 y diciembre de 2025 confirma un reordenamiento de prioridades. Hay menos consumo discrecional, menos inversión y un foco cada vez mayor en cancelar deudas y cubrir necesidades básicas. “El aguinaldo de diciembre 2025 muestra una orientación más conservadora y defensiva. Mientras la macro mejora, el salario real todavía no acompaña y las tarjetas de crédito siguen siendo el oxígeno de muchos hogares”, sostuvo el director de la consultora.
En este escenario, el primer aguinaldo con inflación más controlada en años no impulsa un mayor gasto, sino una conducta marcada por la prudencia financiera, con hogares que priorizan cerrar números y sostener el día a día mientras la recuperación de los ingresos sigue sin llegar de manera pareja. (DC)


