El último informe de la Universidad Di Tella encendió todas las alarmas. Según su Índice Líder, la probabilidad de que la economía argentina entre en recesión ya supera el 98%, un dato que refleja el deterioro sostenido de la actividad. En septiembre, el indicador cayó 0,85% mensual en su versión desestacionalizada, y acumula seis meses consecutivos de bajas en su serie tendencia-ciclo.
En comparación con septiembre de 2024, la contracción fue del 1,52% interanual. En otras palabras, la economía no solo se enfría: se hunde. El cóctel de tasas altas, dólar atrasado, paritarias pisadas y una inflación que no cede congeló el consumo y arrastra a los principales sectores productivos a una recesión que parece inevitable.
Los analistas ya advierten que el cuadro podría empeorar tras las elecciones, cuando el Gobierno se vea obligado a aplicar una corrección cambiaria que impacte en precios, salarios y actividad.
Seis caídas seguidas confirman la tendencia
El Índice Líder se ubicó en 121,03 puntos (base 2004=100) y mostró una baja generalizada en la mayoría de las variables que lo componen. Solo tres series —confianza del consumidor, despachos de cemento y precios de minerales no metálicos— exhibieron leves subas. El resto se desplomó.
La serie tendencia-ciclo, que refleja el comportamiento estructural de la economía, cayó 0,97% en septiembre y suma su sexta caída consecutiva, lo que define una recesión técnica según los parámetros del propio índice.
“En septiembre de 2025, la probabilidad de salir de la fase expansiva se ubica en 98,01%”, señala el informe. Es decir, prácticamente no hay margen de duda: la economía argentina ya está en recesión.
Bancos y consultoras confirman el desplome
El panorama que traza la Di Tella se replica en los informes privados. El último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central estima que el PBI cayó 0,6% en el tercer trimestre, y ya acumula dos trimestres consecutivos de retroceso, el umbral técnico de recesión.
A eso se suma un dato preocupante: la inflación no perforará el piso del 2% mensual en lo que resta del año, mientras el consumo y la inversión siguen paralizados.
El informe también anticipa impacto en el empleo. La tasa de desocupación habría alcanzado el 7,5% en el tercer trimestre y podría cerrar el año en torno al 7,2%, levemente por encima de las proyecciones previas.
Un índice que anticipa lo peor
El Índice Líder de la Di Tella busca anticipar los cambios de fase del ciclo económico. Se elabora con diez variables clave, entre ellas el Merval, el IVA, los despachos de cemento, el índice de confianza del consumidor y las ventas de autos a concesionarios.
Cuando la mayoría de esos indicadores se contrae durante más de seis meses seguidos, el modelo concluye que la economía ya está en recesión o a punto de entrar en ella.
En septiembre, apenas tres de esas diez variables mostraron un desempeño positivo. El resto reflejó caídas abruptas, confirmando que la desaceleración ya se transformó en crisis.
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Aunque algunas consultoras prevén un rebote leve hacia fin de año, la magnitud de la caída deja poco margen para el optimismo. El crecimiento esperado para 2025 fue recortado a 3,9%, por debajo del arrastre estadístico, y los analistas coinciden en que la economía necesitará de un fuerte repunte del poder adquisitivo para salir del pozo.
Por ahora, el dato de la Di Tella parece una sentencia: la recesión ya empezó y no hay señales de recuperación inmediata.