Pese al ajuste generalizado, la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) logró esquivar la motosierra del presidente Javier Milei y recibirá este año más de $80.000 millones, casi el doble de lo ejecutado en 2024. La cifra incluye aumentos por DNU, reasignaciones y partidas reservadas, de las cuales más de la mitad ya se encuentran devengadas.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, confirmó ante el Senado que los gastos reservados superan los $25.000 millones, en un contexto de fuerte opacidad sobre su destino. El titular de la SIDE, Sergio Neiffert, ya había sido citado por la Bicameral de Inteligencia tras el escándalo por los $104 mil millones asignados inicialmente por decreto, monto luego rechazado por el Congreso.
Aunque el Gobierno sostiene que reintegró los fondos objetados, la administración libertaria ya lleva asignados más de $155.000 millones a la SIDE desde diciembre de 2023, apelando a decisiones administrativas para evitar el control parlamentario. Francos firmó la última reasignación por $25.250 millones, de los cuales $8.000 millones corresponden a gastos secretos.
En un año electoral y con denuncias cruzadas por espionaje interno, el gasto en inteligencia crece en silencio, sin un plan nacional claro y con escasa transparencia. Desde la oposición advierten que se consolida un esquema paralelo que debilita los controles democráticos.
