Duro golpe político para el gobierno: por falta de apoyo, se cayó la sesión en diputados y la ley ómnibus vuelve a comisiones

A las 19.20 de este martes, después de una sesión de cuatro días, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, anunció que el proyecto de ley Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos vuelve a ser discutido en comisiones, después de una moción pedida por el jefe del bloque La Libertad Avanza, Oscar Zago. Es un fracaso rotundo del oficialismo. El proyecto de ley Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos volverá a ser debatido en comisiones de la Cámara de Diputados. Es decir, vuelve todo a cero, como si no se hubiera discutido nada. Es un fracaso rotundo para el gobierno de Javier Milei.

Lo decidió en la tarde de este martes la Cámara de Diputados, tras una moción del diputado Oscar Zago, jefe del bloque La Libertad Avanza. La propuesta del diputado oficialista desnuda la falta de apoyo al articulado de la propuesta del presidente Milei.

El articulado había empezado a votarse este martes, después de la aprobación en general del jueves pasado, en el cuarto día de una sesión que había empezado el miércoles de la semana pasada.

La vuelta a comisiones significa, en lo político, una muy dura derrota para el presidente de la Nación, que gobierna en hiperminoría, pero además revela la incapacidad de generar acuerdos con la oposición, y abre interrogantes sobre el futuro de su gestión.

Es que el proyecto, conocido como ley ómnibus, le otorgaba superpoderes en distintas materias para tomar decisiones desde la Casa Rosada sin pasar por el Congreso ni por los canales administrativos habituales y, además, permitía las privatizaciones de casi 30 empresas del Estado, uno de los caballitos de batalla de Milei.

El proyecto original era muy ambicioso: tenía 664 artículos. De esa cantidad quedaron 386, porque la oposición forzó una gran cantidad de modificaciones y porque el ministro de Economía, Luis Caputo, decidió hace dos viernes quitar del texto todas las medidas de índole fiscal. Sin embargo, la redacción aún mantenía numerosos puntos con los que la oposición dialoguista —sin cuyo apoyo el oficialismo no podría aprobar nada— seguía en desacuerdo.

De hecho, la moción de vuelta a comisión y el levantamiento de la sesión se produjeron después de un cuarto intermedio de 15 minutos (que terminó siendo de 45) pedido para negociar el capítulo de las privatizaciones y después de que varias votaciones de artículos salieran rechazadas por falta de apoyo.

Más temprano, el pleno sí había aprobado el otorgamiento al Presidente de superpoderes para gestionar la desregulación de la economía y profundizar el desguace del Estado que proponía su ley ómnibus. Pero a párrafo siguiente, a la hora de votar el detalle de esos superpoderes, le pusieron fuertes límites en materia económica, energética y de seguridad.

“Al oficialismo le pedimos que tenga alguna cuota de flexibilidad, le encanta seguir perdiendo. Traten de ver cómo receptar alguna propuesta y ganar. Hay que ganar, no hay que perder”, dijo Pichetto; todo un anticipo de la caída que sobrevendría minutos después.

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