Cada inicio de mes las cuentas de los argentinos se renuevan, generalmente con un alza considerable del mes anterior y con subas recurrentes de servicios, combustibles y alimentos, entre otras. Hay un item que sigue preocupando a una porción mayoritaria de la sociedad serrana: los alquileres. La gran dificultad en el acceso a la vivienda, con valores de entrada por las nubes, las actualizaciones anuales llegan como una enorme montaña imposible de escalar para los inquilinos.
No es un dato menor el impacto en el bolsillo del pago del alquiler, que representa en promedio cerca del 40 por ciento de los ingresos de los hogares inquilinos tandilenses. Con los aumentos este escenario se torna todavía más complejo e implica, casi inevitablemente, un ajuste en el bolsillo de las familias.
De esta manera, si se tiene en cuenta que el porcentaje de aumento de los contratos se calcula en base a un índice elaborado por el Banco Central, con una fórmula compuesta en un 50 por ciento por la evolución de los salarios (índice Ripte) y 50 por ciento por la evolución de la inflación que mide el Indec (IPC), se espera que aquellos a quienes el alquiler se les actualice en julio se les incremente entre 104 y 110 por ciento el costo del techo. En tanto, el índice de actualización podría llegar a 115% en agosto.
Un aumento que ya es tendencia
Los precios de los alquileres aumentaron un 70,4 por ciento en el primer semestre de 2023, casi el doble del incremento registrado en el mismo período de 2022 (37,7 por ciento). En el mes de junio, el aumento fue del 11,2 por ciento, el mayor registrado hasta el momento.
Medido de forma interanual, la suba muestra otro récord: subieron 145,2 por ciento, por encima de la inflación que a junio podría llegar a 120,01 por ciento. Para dar algunos ejemplos, un monoambiente en Tandil puede estar entre 40 y 50 mil pesos. En tanto, un departamento de dos ambientes alcanza los 100 mil pesos por mes y una unidad de tres ambientes y 70 m2 se alquila entre 120 y 150 mil pesos por mes.
