Alquileres temporarios, la otra cara de la crisis habitacional en Tandil y en las principales ciudades turísticas del país

En Tandil, como en las principales ciudades turísticas de Argentina, es cada vez más complejo encontrar un cartel de un departamento o casa que diga “se alquila” y quienes llaman a las inmobiliarias reciben como respuesta “ya está reservado” o que quedará al final de una larga lista de interesados. Es que los pocos inmuebles disponibles no llegan a publicarse y se ocupan antes de ofrecerse (incluso por redes sociales).

Alquilar un departamento, una pequeña casa o un PH en moneda argentina para una familia o particular en Tandil, es casi imposible. El mapeo desde la aplicación AIRBNB en la ciudad de Tandil tiene cada vez más ofertas de casas y departamentos en moneda extranjera. Los propietarios ven una alta rentabilidad en dólares, ante la gran afluencia de turistas y también la ausencia de controles efectivos. Un combo que propicia una realidad extenuante para quienes buscan alquilar un departamento o una casa por un lapso de tres años, como establece la ley.

Hay varias causas que hoy justifican por qué miles de propietarios no quieren destinar sus inmuebles en el formato tradicional con contratos a tres años y ajustes interanuales. Los expertos en el tema, sostienen que el alquiler temporario es un fenómeno que ya sucedió muchos años atrás en ciudades europeas como Barcelona y Berlín. La contracara de la oferta por ejemplo se da en CABA, donde más de 15.000 departamentos para alquiler son temporarios y apenas 1.000 para alquiler tradicional.

La razón del crecimiento de esta tipología radica por las malas condiciones de la ley vigente que impide actualizar el monto del alquiler durante todo un año, con una inflación del 100% anual”.

Si vamos a los números concretos, hoy, un departamento 2 ambientes alquilado de manera temporaria rinde un 7,41% por año, mientras que el tradicional un 3,15 por ciento. Los alquileres turísticos o temporarios tienen mayor relevancia en aquellas ciudades receptivas, o que tienen mayor movimiento turístico en algunas épocas del año, como por ejemplo Tandil.

Como una muestra de la rentabilidad de los alquileres temporarios, alojarse durante cinco noches en una cabaña ecológica de la zona de Don Bosco, (un dormitorio, tres camas y un baño), totalmente equipado tiene un costo de $2000 dólares, una cifra que contempla las tarifas de limpieza y el servicio de promoción que brinda Airbnb. En la zona céntrica de la ciudad los precios son más accesibles para el turismo, pero no así para aquellas familias que buscan un alquiler para vivir mes a mes. Los precios rondan por noche los 40 dólares si se trata de departamentos chicos de un ambiente y suben hasta más de 100 dólares la noche para una casa con jardín en la zona de La Elena y cercanías del Lago del Fuerte o Parque Independencia.

Ciudades turísticas que mueven mucho flujo de personas en el año como San Martín de los Andes, San Carlos de Bariloche, Villa La Angostura, El Chaltén o Ushuaia, experimentan la misma situación, donde en temporada alta resulta casi imposible conseguir una vivienda para alquilar por un largo plazo, inclusive para trabajadores esenciales como docentes y profesionales de la salud. “El impacto que genera esta situación es que resulta muy difícil encontrar un lugar donde vivir. La mayor renta obtenida en los alquileres turísticos a corto plazo lo que hace es empujar hacia arriba los precios para alquilar una vivienda permanente. Es algo que se está extendiendo a todo el país, no solo por el turismo sino, sobre todas las cosas, para maximizar la rentabilidad”, detalló Gervasio Muñoz, presidente de la Federación de Inquilinos Nacional.

Redaccion

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