El acceso a la vivienda propia es hoy el problema más importante que aqueja a una importante mayoría del conjunto de trabajadores y trabajadoras de Tandil. La dificultar para poder iniciar el sueño de la casa propia quedó implícita en los datos arrojados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), que arrojó que Tandil es la ciudad bonaerense con el promedio más bajo de ciudadanos con la posibilidad de acceder a la vivienda propia, con números muy cercanos a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, un territorio donde los negocios inmobiliarios se imponen en moneda extranjera para el alquiler temporal.
En Tandil sólo el 57,8 por ciento de las familias tiene casa propia. En relación a la media nacional (65.5 por ciento) se trata de la ciudad bonaerense con el índice más bajo de los 135 municipios, junto a Pinamar, que está en el 54.2 por ciento. En la provincia de Buenos Aires, la media alcanza un 67,3 por ciento . En sus redes sociales, el Diputado Nacional, Rogelio Iparraguirre, se preguntó si, «¿Es posible alcanzar esa meta colectiva de ser en algún momento la mejor ciudad intermedia del país sin contar con una política pública que ataque el problema del acceso al suelo y la vivienda en Tandil?, y se responde en forma inmediata, «Definitivamente no».
De acuerdo a lo replicado por el Multimedio «El Eco de Tandil», la comparativa de Tandil con las ciudades más cercanas, arroja que por ejemplo: en Rauch los habitantes con casa propia alcanza un 65,3 por ciento; Ayacucho un 64,8 por ciento; Azul un 67,9 por ciento; Olavarría un 63,8 por ciento; Necochea un 65,6 por ciento; y Bahía Blanca un 61,3 por ciento de hogares con acceso a la casa propia. San Nicolás, una ciudad que tiene una población bastante similar a Tandil, alcanza un 69,1 de hogares propietarios.
El alquiler se transformó en la principal forma de acceso a una vivienda para la clase trabajadora y, al mismo tiempo, una de las más importantes fuentes de endeudamiento familiar. ¿Cómo impacta la crisis habitacional en la población en general? La vivienda como commoditie, el suelo dolarizado y un derecho humano cada vez más relegado, que encuentra soluciones en Desarrollos Urbanísticos creados a partir de una política pública, pero que no siempre cumple con la demanda para todos.
El problema habitacional de Tandil es uno de los déficit más importantes que tiene el gobierno local, que en sus 20 años al frente de la comuna, no supo o no quiso nunca enfocarse en un tema sensible para la ciudad, que es la generación de suelo urbano, para muchos tandilenses que sueñan con tener su casa propia. De hecho, parte de la población confía más en proyectos que se inician desde Asociaciones Civiles, como es el caso de «De Corazón Tandilense», que lleva más de 150 casas entregadas y ahora firmó un nuevo convenio para la construcción de 118 viviendas.
En el Tandil de los próximos años, la sociedad toda debe generar el debate sobre la crisis que trae en sí, un crecimiento exponencial demográfico como se vive desde ya hace dos décadas. Planificar una estrategia para dar posibilidades concretas del acceso a la casa propia, que es sin dudas el principal problema socio económico de la ciudad en este siglo XXI, que apenas comienza. Fundamentalmente para que la ciudadanía tenga una mejor calidad de vida y que no sufra postergaciones de un derecho elemental.
