Comienza el Mundial Sub 20 en Argentina: la Selección de Mascherano intentará dar el golpe aprovechando la localía y con un equipo que promete buen fútbol

Todo salió a pedir de boca para la selección argentina Sub 20. Lo único que falta es justificar todas las buenas señales con un rendimiento acorde sobre el campo de juego. El equipo que dirige Javier Mascherano abrirá la Copa del Mundo este sábado y en su casa, algo que apenas algunos meses atrás resultaba imposible de creer. Será la culminación de una serie de circunstancias muy positivas que no se condicen con lo que demostró el equipo albiceleste en el Sudamericano de Colombia, pero ahora la responsabilidad está en sacar el mayor jugo posible de la situación.

La estela del Mundial de Qatar ganado por los mayores en diciembre último, de la mano de Lionel Scaloni, todavía se distingue en un ambiente ávido por el fútbol de los seleccionados nacionales. Poco importa la categoría. Y algo de toda esa fascinación promete repetir este Sub 20 en la Argentina.

Desde el 20 de mayo al 11 de junio la pelota rodará por cuatro sedes: La Plata, Santiago del Estero, San Juan y Mendoza. Con 24 seleccionados divididos en seis grupos, las oportunidades para avanzar a la siguiente rueda serán grandes y habrá que aprovecharlas. Algunas promesas mundiales se quedaron afuera, otras tantas captarán la atención del público y los conocidos cazadores de talentos.

El ciclo de Mascherano a cargo de la selección juvenil fue, en líneas generales, mixto en cuanto a los resultados. El primer torneo que afrontó fue el Maurice Revello, con un plantel con varias estrellas en el que destacó Alejandro Garnacho; el arranque fue positivo, pero una derrota por 6-2 ante Francia lo dejó a las puertas de la semifinal, y finalizó en el quinto lugar. Poco después un equipo enfocado en el fútbol local se quedó con el torneo de L’Alcudia, pero la máxima prueba llegaría en el Sudamericano. El envión de la reciente consagración en Qatar no fue suficiente para impulsar a un grupo mermado por las bajas de Garnacho, Matías Soulé, Luka Romero y otros jugadores que actúan en Europa, y un muy flojo rendimiento le cerró las puertas a la Copa del Mundo.

El panorama era muy complicado. A pesar de los intentos de Claudio “Chiqui” Tapia y el coordinador de selecciones nacionales Bernardo Romeo para asegurar su continuidad, Mascherano renunció públicamente, considerando que su nombre y su experiencia podían representar una carga. El futuro a corto plazo de la categoría parecía incierto, pero luego surgió un cambio brusco: la FIFA le retiró la organización de la cita a Indonesia, que no quiso admitir a Israel, y debió buscar una nueva sede faltando meses para el inicio. La Argentina surgió rápidamente como la candidata ideal para asumir el papel.

Tras algunas semanas de especulación, la AFA se quedó con el derecho de organizar el Mundial. A pesar de aquella pobre imagen en el torneo eliminatorio, la selección había encontrado la manera de entrar en el torneo y evocar el recuerdo de 2001, cuando lo recibió por última vez y se quedó con el título de manera aplastante, guiado por Javier Saviola y Andrés D’Alessandro. Con muy poco tiempo para volver a empezar otro proyecto, Tapia consiguió su cometido y convenció a Mascherano de tener su segunda oportunidad y retomar el equipo. Por si fuera poco, el sorteo le deparó un grupo –Uzbekistán, Nueva Zelanda y Guatemala– que, en principio, no presentaría grandes inconvenientes.

Una vez conocidos los rivales, la siguiente misión de Mascherano fue armar el mejor plantel posible para encarar el torneo, para lo cual se presentó un serio obstáculo. Debido a que las fechas coinciden con los últimos partidos de la temporada europea y no están obligados, varios de los clubes más poderosos del mundo no se mostraron abiertos a ceder a sus jugadores mientras jugaban sus partidos más importantes. El DT viajó con la idea de poder contar con figuras como Garnacho, Facundo Buonanotte y Nicolás Paz, pero la postura fue inquebrantable, y los tres serán los grandes ausentes de la lista del seleccionado.

A pesar de aquellas bajas, sí pudieron entrar en la convocatoria seis jugadores que militan en el Viejo Continente, incluyendo figuras como Soulé, Romero, Máximo Perrone y Valentín Carboni, además de tener a todos los jugadores de la Liga Profesional a disposición, según estipuló la AFA.

Además, la cuestión de la disponibilidad de los jugadores también afectó severamente a las demás selecciones candidatas, cuyos planteles están muy lejos de demostrar su potencial real. Inglaterra, por ejemplo, jugará la etapa de grupos con apenas 16 integrantes, mientras que Francia recibió 28 negativas en relación a su idea inicial.

Todas estas noticias presentan a la selección argentina con una oportunidad inigualable. Jugará un Mundial Sub 20 en el cual no debió haber entrado, al calor de sus estadios y su gente, con un plantel que se presenta como uno de los más fuertes del torneo, y con la gran expectativa de seguir con los éxitos de las demás categorías de la albiceleste. La clave para Mascherano y su cuerpo técnico será analizar con minuciosidad qué fue lo que falló en el pasado, cómo usar sus herramientas de la manera más eficiente posible y capitalizar aprendizaje sobre lo que se presenta como una chance para continuar con los festejos en las calles argentinas.

Fuente: La Nación Deportes

Redaccion

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