El “efecto Airbnb” en Tandil: departamentos en dólares, alta rentabilidad en pocos días de alquiler y escasa regulación municipal

El mapeo desde la aplicación en la ciudad de Tandil tiene cada vez más ofertas de casas y departamentos en moneda extranjera. Alta rentabilidad en dólares, la gran afluencia de turistas y la ausencia de controles efectivos propician una realidad complicada para quienes buscan alquilar un departamento o una casa por un lapso de tres años, como establece la ley. Se trata de un panorama que se observa de forma marcada en ciudades como Buenos Aires pero también en las sierras tuvo un crecimiento notable desde la finalización de la pandemia.

Se lo llama “efecto Airbnb”, en referencia a la compañía creada en 2008 por el estadounidense Bryan Chesky para promover, mediante una plataforma digital, el alquiler de alojamientos mayoritariamente con fines turísticos. La empresa tiene en oferta unas 2.000.000 propiedades en 192 países y 33.000 ciudades, una de las cuales es Tandil, en donde, de acuerdo a lo investigado por este medio, hay cerca de 400 viviendas expuestas en Airbnb, en distintas zonas de la ciudad. La cantidad de inmuebles ofrecidos en la plataforma digital, en gran parte de los casos a un precio en dólares, creció en 2022 un 30%, el mismo porcentaje en que se redujo la oferta tradicional de viviendas en alquiler.

“Los propietarios que tenían departamentos o casas para ofrecer en alquiler permanente vieron la posibilidad de maximizar la rentabilidad teniendo, por medio de este tipo de plataformas digitales, alquileres a corto plazo y en dólares. Así, no tienen que cumplir el plazo mínimo de tres años de alquiler que establece la ley, con aumentos anuales fijados por un índice”, explicó Gervasio Muñoz, presidente de la Federación de Inquilinos Nacional.

Como una muestra de la rentabilidad de los alquileres temporarios, alojarse durante cinco noches en una cabaña ecológica de la zona de Don Bosco, (un dormitorio, tres camas y un baño), totalmente equipado tiene un costo de $1860 dólares, una cifra que contempla las tarifas de limpieza y el servicio de promoción que brinda Airbnb. En la zona céntrica de la ciudad los precios son más accesibles para el turismo, pero no así para aquellas familias que buscan un alquiler para vivir mes a mes. Los precios rondan por noche los 30 dólares si se trata de departamentos chicos de un ambiente y suben hasta más de 100 dólares la noche para una casa con jardín en la zona de La Elena y cercanías del Lago del Fuerte o Parque Independencia.

Josefina es jubilada y propietaria de una vivienda en la zona de Villa del Parque. Desde 2019 la ofrece en alquiler por medio de Airbnb. “Hemos tenido malas experiencias cuando pusimos en alquiler la casa: los inquilinos no pagaban, dejaban deudas y, en algunos casos, tuvimos que tomar medidas de fuerza para que se vayan. El alquiler temporario nos da más tranquilidad”, explicó a La Opinión de Tandil. El testimonio grafica la visión que muchos propietarios tienen de la situación habitacional en la ciudad.

En enero de 2022 quienes firmaron un contrato de alquiler, sufrieron a comienzos de este año un aumento de alrededor del 81%, un ajuste contemplado en la Ley de Alquileres vigente y que es resultado de una combinación entre el aumento de la inflación y los salarios En 2022, ese registro oficial se ubicó 15 puntos porcentuales debajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que elabora el Indec. Desde la óptica de los inquilinos es una herramienta que permite protegerlos un poco frente a los aumentos de precios, pero para los propietarios significa una pérdida frente a la inflación. Eso explica, en gran parte de los casos, que los propietarios que antes destinaban sus viviendas al alquiler de largo plazo, actualmente lo hagan en forma temporaria en la búsqueda de una mayor rentabilidad: perciben una suma en dólares y en plazos menores.

Ciudades turísticas que mueven mucho flujo de personas en el año como San Martín de los Andes, San Carlos de Bariloche, Villa La Angostura, El Chaltén o Ushuaia, experimentan la misma situación, donde en temporada alta resulta casi imposible conseguir una vivienda para alquilar por un largo plazo, inclusive para trabajadores esenciales como docentes y profesionales de la salud. “El impacto que genera esta situación es que resulta muy difícil encontrar un lugar donde vivir. La mayor renta obtenida en los alquileres turísticos a corto plazo lo que hace es empujar hacia arriba los precios para alquilar una vivienda permanente. Es algo que se está extendiendo a todo el país, no solo por el turismo sino, sobre todas las cosas, para maximizar la rentabilidad”, detalló Gervasio Muñoz.

Redaccion

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