Tandil sigue sin planificación en su movilidad urbana: se cumple otro año con las 200 bicicletas donadas guardadas en un galpón

Las 200 bicicletas que el Banco Macro donó en 2015 y que siguen amontonadas en un viejo galpón de la ciudad, es ni más ni menos, otra de las tantas políticas públicas con anclaje en la sociedad, que el Municipio de Tandil dejó abandonadas y debajo del felpudo. Las nulas estrategias para una mejor y saludable movilidad urbana, tiene como resultado ocho años de ver como aquellos rodados que iban a estar en 15 estaciones, con llamado a licitación incluido, siguen esperando ser pedaleadas. Otra deuda pendiente del Municipio de Tandil para con la sociedad serrana.

Oficialmente, los 200 rodados donados, formaban parte del programa contemplado por el Sistema Único de Movilidad Ordenada (SUMO), pero que nunca en ocho años fueron usadas por ningún tandilense. De nada sirvió que los Concejales del Frente de Todos en Tandil, en el marco del debate por el pliego licitatorio, propusieron incorporar las bicicletas al sistema público. ¿La respuesta del oficialismo?, si, acertó: fue desestimada por mayoría automática.

La decisión política de la gestión Lunghi esta clara en este sentido, no incluir las bicicletas en un mejor ordenamiento de la movilidad tandilense, con estos rodados que además de ser un transporte utilizado por un gran porcentaje de locales y turistas, tan bien le hacen a la salud de las personas. Además, en cuestiones estratégicas, por ejemplo para el microcentro de la ciudad, sería una política pública para corregir el creciente y exagerado transito de automóviles, transformando la zona en algo más ecológico para todos.

La bicicleta es una opción económica de movilidad con relación a otros modos de transporte ya que su uso no implica un costo monetario, excepto el de su adquisición, en este caso ya fueron donadas por el Banco Macro en 2015. Valoran la posibilidad de mayor autonomía y practicidad que su uso otorga por sobre otras opciones, dado que permite evitar los tiempos de espera que pueda ocasionar el uso transporte público y posibilita circular más fluidamente. Dada su nula contribución a la contaminación medioambiental, hay quienes agregan además el carácter ecológico de su uso como un aspecto positivo adicional para su elección.

Se evidencia que un significativo cambio modal hacia un mayor uso de la bicicleta en reemplazo del automóvil trae beneficios tanto a las personas como a las ciudades, haciendo de ellas espacios más amables y eficientes, con estilos de vida más saludables para sus habitantes, mejor calidad de aire y disminución de siniestros viales. Por aquí está el camino si se quiere ir hacia el futuro, claramente si hay políticas públicas que abran este camino, en Tandil hoy no las hay.

Redaccion

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