Isidro caminó con su papá con una sonrisa interminable y sigue emocionando a todos, evolucionando favorablemente

Isidro Gastaldi Aladro sigue emocionando a todos. Luego de su trasplante, el pequeño tandilense caminó de la mano de su papá por los pasillos del Hospital Italiano y asombra su evolución a 13 días de la operación. Los últimos partes médicos indicaron estabilidad, buena recuperación y un excelente estado de animo. Las novedades son alentadores, con otro buen día en el que Isi ya se encuentra sin la cánula de alto flujo, que aumentaba su ventilación alveolar, reduciendo la disnea, mejorando la tolerancia al ejercicio y la oxigenación.

La campaña ahora lleva el cartel de “Un corazón late en Isi”, que busca visibilizar y concientizar desde el amor en su máxima expresión y apunta a la importancia de la donación de órganos y tejidos. Una comunidad donante se construye con todos los integrantes de la sociedad, dentro del mismo concepto. El juego de palabras que se buscó para darle mayor potencia a la campaña, expresa que los trasplantes son hoy la única esperanza que tienen muchas personas de salvar o mejorar su calidad de vida.   

Los niños tienen la particularidad de enseñarnos y transferirnos la emoción en un puñado de segundos. Los mejores 29 pasos que dio en su vida, sus padres Sebastián y Laura, le dirán que fueron los más lindos de sus cuatro años, donde el fin era la búsqueda de una pantalla de computadora de los pasillos del Hospital Italiano, para ver a sus amigos de siempre, los dibujos animados y los súper héroes como él. Las imágenes se viralizaron rápidamente para generar a la par llantos y sonrisas de una sociedad que durante más de ocho meses, acompañó la espera del corazón y la evolución de un niño que día a día nos muestra sobre su resiliencia.

Solo el 1 por ciento de las personas fallecidas pueden ser donantes efectivos. El bajo porcentaje tiene que ver con lo complejo que resulta todo el proceso de donación y trasplante. Cabe destacar que un factor determinante para que ello ocurra, una persona debe fallecer únicamente de muerte encefálica, más allá de que todos los fallecidos pueden ser donantes de tejidos. Ojala que el caso de Isidro sirva como precedente para continuar visibilizando y potenciando la donación, para celebrar la vida y darle la posibilidad a muchos argentinos de cantar, como reza la celebre canción de Gustavo Cerati, interpretada junto a Mercedes Sosa, “tarda en llegar y al final hay recompensa”.  

Redaccion

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