Comienza la Semana Mundial de la Lactancia Materna: un camino amoroso de responsabilidades compartidas

Del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, un proceso mágico que fomenta el vínculo entre madre e hijo, además de muchos otros beneficios para la salud de los recién nacidos hasta los 2 años de vida. El momento de amamantar no es responsabilidad exclusiva de la madre, sino que hay que priorizar que el camino sea compartido, donde deben involucrarse la pareja, la familia, el entorno social y el ámbito laboral. En Argentina existen leyes y políticas públicas que garantizan el derecho que tienen las personas a amamantar y ser amamantadas.

Los expertos afirmaron que «no solo es un derecho del bebé recibir el alimento perfecto que representa la leche humana”, sino que además es responsabilidad que no sólo atañe a la madre. Entre las normas señaladas por la Sociedad Argentina de Pediatría se encuentran: la Ley 26.873 de Lactancia Materna y la recientemente sancionada «Ley de los 1000 días». Estas legislaciones son las responsables de ofrecer acompañamiento y asistencia en el embarazo y durante los primeros tres años de vida de los niños y las niñas, y a todas las personas gestantes.

La pediatra Mercedes Zubigaray, manifestó que “son extremadamente necesarias las redes de contención para mantener la lactancia. Teniendo las ganas de amamantar y la necesidad de que esto se prolongue es necesario que el resto del sistema ayude. El primero en ayudar va a ser quien este al lado de la madre, su compañero, su madre, o quien sea. Será el respaldo de esa mujer que le ayude a mitigar el cansancio. Es un cambio total que necesita que la familia sea ayudada»

Además, la profesional de la salud, consultora en crianza, expresó que en referencia a los estrictamente nutricional “la leche materna se digiere mejor y más rápido. Tiene grasas y proteínas de mejor calidad como el omega 3 y 6, fundamentales para el desarrollo del cerebro y la retina. Contiene células que ayudan al sistema inmune a destruir los gérmenes. Además el bebé amamantado tiene un 50 por ciento menos probabilidades de enfermarse durante el primer año de vida, menor incidencia de muerte súbita, mejor respuesta a las vacunas, mejor desarrollo psicomotriz, emocional y social. Lo más importante es el regalo esa partecita de sí que la mamá le da a su bebé con cada mamada, mirada y caricia”

En el informe presentado por la SAP también se observan que los beneficios de la lactancia materna disminuyen el impacto del sobrepeso y el de la diabetes tipo 2. La leche humana siempre es de la mejor calidad, de libre acceso y totalmente gratuita. Refuerza el apego y para la mamá disminuye el riesgo de desarrollar enfermedades como diabetes tipo 2, ciertos tipos de cáncer como los de ovarios y mama, la osteoporosis, obesidad y enfermedades cardiovasculares.

“El deseo de querer amamantar de una persona gestante debe ir acompañado del apoyo del entorno. Desde el parto con el CoPaP (Contacto Precoz piel con piel), que se hace solo en la mitad de los nacimientos. El cansancio, la nueva realidad, los cambios en nuestro cuerpo, hacen que la lactancia se pueda hacer cuesta arriba. Aquí es donde el círculo íntimo y la tribu que se genera con el personal de salud, deben tejer una trama que permita contener y acompañar pero nunca juzgar” indicó Mercedes Zubigaray, Pediatra, MN 118331

Desde la Sociedad Argentina de Pediatría se alinearon con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Ministerio de Salud de la Nación, los cuales recomiendan enfáticamente la lactancia exclusiva a demanda, desde la primera hora de vida hasta los 6 meses cumplidos. Asimismo, aconsejan la incorporación progresiva de alimentos apropiados para la edad, manteniendo la lactancia hasta los 2 años o más si la persona que amamanta y el niño o niña así lo desean.

Redaccion

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