Túneles y minas de arena en la zona norte de la ciudad: un descubrimiento que pone en pausa la urbanización que proyecta el municipio en el macizo Carrasco

La historia se construye a través de los documentos y de los descubrimientos. En Tandil un episodio reciente vuelve a poner en primeras planas la exploración que la subcomisión de Espeleología del Centro de Montaña hizo de nuevos túneles subterráneos, en la zona norte de la ciudad. En Villa Aguirre, más precisamente en el macizo Carrasco, las cavidades están en perfecto estado y se buscan nuevo permisos para conocer las dimensiones reales de los túneles. Las alarmas se encienden en calle Belgrano porque si se avanza con la urbanización en la zona tendrá que ser luego de finalizar las exploraciones que corroboren la amplitud de las minas de arena, que durante mucho tiempo se usaron para la construcción en Tandil.

Se trata de una situación a la cual se le tiene que prestar significativa atención ya que, luego de las exploraciones hechas por Dino y Guillermo Mendy, informaron que se tratarían de las últimas minas de arena con la posibilidad de acceder a conocerlas y que están en buen estado de conservación. A través de un informe indicaron que “hace falta seguir estudiando estas minas desde la espeleología, geología, historia, antropología, paleontología, biología, etnogeología, etc. porque es muy factible la utilización del espacio para un turismo espeleológico de aventura de bajo impacto”.

«Dentro de los objetivos de las expediciones, el más importante, es determinar el estado de los tuneles, describir sus características y definir si se pueden preservar como Patrimonio de Tandil. Ahora nos prohibieron la entrada, por una decisión de la familia que donó esos terrenos, pero ya pedimos la intervención del Concejo Deliberante para seguir explorando» manifestó Dino Mendy, coordinador de las exploraciones.

«Los túneles fueron hechos a pico y pala. Muchos años antes mi padre estuvo en contacto con gente de Villa Aguirre que supieron ser los artesanos de estas cavidades. Están en perfecto estado y comparando las fotos que teníamos de expediciones previas, nos dimos cuenta que son las mismas minas pero que se entran por distintos lugares. Antes de hacer una urbanización hay que ver que situación tenemos abajo. Hay muchos casos en Tandil que se hunden los terrenos» indicó el explorador.

La discusión para adelante será ¿Cómo deber ser el manejo de ese espacio?. Sin saber bien que es lo que hay debajo del macizo, las exploraciones servirían para conocer con exactitud la amplitud y dimensión de los túneles. «En la espeleología se dice que primero hay que investigar, después hay que proteger y luego divulgar» se expresa en el informe. Al día de hoy todo se encuentra demorado por la decisión de los propietarios de la tierra, por lo cual la institución solicitó la intervención del Concejo Deliberante que tiene en estudio el convenio firmado para avanzar con la urbanización conjunta

.SOBRE LAS MINAS Y TÚNELES

Las minas subterráneas de donde se explotaba arena como material para la construcción, se habrían iniciado a partir de la segunda mitad del siglo XIX, culminado a mediados del siglo XX. Se estima que la explotación minera habría comenzado en sectores suburbanos del poblado, dada su antigüedad, posiblemente sin ningún tipo de normativa que
reglamentara su desarrollo. A medida que la ciudad fue avanzando, la explotación minera se fue trasladando
hacia sectores despoblados, al norte, quedando las cavidades en los sectores abandonados.

El informe presentado por la Subcomisión de Espeleología del Centro de Montaña Tandil indica que los sectores abandonados fueron utilizados mayormente como zona residencial, rellenándose las minas o terraplenando,
con posteriores problemas de hundimientos y rajaduras de casas como en el Barrio Fática. Aun hoy en día suelen aparecer minas cuando se excava para la construcción de modernos edificios residenciales, por ejemplo, en Belgrano y Santamarina. Estos descubrimientos no son denunciados o dados a conocer ya que existe la falsa creencia de que “Los arqueólogos van a parar la obra”, impidiendo así el relevamiento, protección y rescate del pasado.

El interior de las minas de Basílico es de sección cuadrangular, variando la altura de entre 1 a 2,30 metros y con un ancho de 2 metros en promedio. El conducto principal posee galerías a los costados que vuelven a conectar a la principal, dejando columnas como sostén del techo. Ya se han medido 90 metros de desarrollo, aunque en una nueva visita y con el uso de herramientas informáticas, se calculó que hay unos 168 metros de túneles. En tanto, nuevas estimaciones indicaron que tendría una extensión mínima de 260 metros lineales y desarrollo total de galerías cercano a los 350 metros.

El informe reza que “Si bien estas minas tienen una antigüedad mínima de 70 años, es posible apreciar zonas intactas, que parece que ayer estuvieron trabajando. Otro sector diferente es la zona donde existen piques que primero han sido tapados desde el exterior, ya sea con bóveda de ladrillo, planchones, tapa de hormigón o palos con chapa. Algunos están intactos y otros se han roto, dejando el pozo abierto por donde posteriormente se ha arrojado basura hasta taparlo completamente. El agua de lluvia ingresa por esos pozos desparramando restos de basura (plásticos, latas) al interior de las galerías”.

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