Día del amigo: una celebración bien argentina que impulsa el motor de los gastronómicos de la ciudad

Se celebra un nuevo día del amigo y en Tandil el rubro gastronómico espera con mucha expectativa la jornada de festejos. Con la ciudad desbordada de turistas el sector, sumado a cervecerías y bares apuestan a tener un miércoles con mucho trabajo, en algunos casos abriendo en dos turnos ante la importante demanda de clientes deseosos de pasar un buen momento con su banda amiga. El sol acompañará durante la tarde y el frío serrano no será impedimento para cientos de tandilenses que coparan la zona céntrica de la ciudad.

Los dueños de los restaurantes ya manifiestan una buena expectativa por la celebración que además coincide con el flujo alto de turistas que disfrutan de Tandil durante las vacaciones de invierno. Con un 90% de la capacidad hotelera y de cabañas ocupadas, la jornada tendrá además todo el movimiento habitual de un 20 de julio. Las reservas en muchos lugares gastronómicos ya están al 100%, otros tomaron la decisión de tomar dos turnos de reservas, mientras que la mayoría de cervecerias y bares estarán abiertos para recibir la demanda espontanea.

La temperatura para esta noche será de 10°, un dato que no resulta incidente en las ganas de todos de salir a brindar y disfrutar de buenos momentos, con gratas amistades. Se espera un movimiento importante que impulsa nuevamente el motor del consumo, pese a la situación económica reinante en el país. El festejo no solo será nocturno, también habrá mucho movimiento vespertino en los principales paseos de la ciudad que se verán inundados de jóvenes que, aprovechando su receso invernal, celebrarán en el basto espacio verde de Tandil.

Se trata de un festejo que tuvo su origen en nuestro país a partir de una iniciativa civil que tomó la fecha de otra importante efeméride que se recuerda este 20 de julio: el alunizaje del Apolo XI.

El odontólogo Enrique Febbraro, vecino de Lomas de Zamora formado como profesor de psicología, filosofía e historia, se hallaba en su casa del conurbano cuando observó en la televisión a Neil Armstrong y Buzz Aldrin caminar en el satélite natural de la Tierra. “Un pequeño paso para el hombre y un gran salto para la humanidad”, fue la memorable sentencia del primero de los astronautas al bajarse del módulo espacial y recorrer la superficie lunar.

El argentino se sintió profundamente conmovido por el suceso y, en esa misma noche, comenzó a escribir una carta en la que postuló que la llegada del Apolo XI a la Luna se sintió como “un gesto de amistad de la humanidad hacia el universo”. Uno de los lemas más recordados de la misiva en la que le pidió al mundo que la fecha se transformara en el Día del Amigo fue “un pueblo de amigos es una nación imbatible”.

Redaccion

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