El transito en Tandil y la planificación urbana: un desafío para la movilidad de la ciudad que vive una superpoblación de vehículos

La mayoría de nosotros pensamos que tenemos garantizada la acción de desplazarnos. Asumimos con facilidad que los Gobiernos planificarán y construirán para que podamos llegar al trabajo a tiempo, llevar a nuestros hijos a la escuela también a tiempo, hacer compras o disfrutar de actividades de ocio en los parques y paseos de Tandil. El dato duro que surge del relevamiento municipal, sobre el problema central de la rotonda de la Ruta 226 y las Avenidas Actis y Espora, que indica que más de 40 mil vehículos pasan por día por esa zona de la ciudad, nos abre varios interrogantes para una nueva planificación de ciudad, que ya tiene cerca de 100.000 autos circulando por sus calles.

La movilidad es el corazón de la mayoría de las ciudades. Las rutas con sus colectoras y las calles son las venas y las arterias que sostienen la vida de la ciudad y le dan el ritmo que le conocemos. Pero, ¿y si esta movilidad resulta ser perjudicial para nosotros? ¿Qué pasa si la esencia del modelo moderno de movilidad, que prioriza el transporte motorizado individual, resulta una combinación tóxica que estrangula el corazón de la ciudad con contaminación, tráfico y estrés?

La ciudadanía, de repente, pasó a tener que desplazarse no solo más lejos, sino también de forma más rápida. Dado que la necesidad es la madre de la invención, se crearon medios de transporte nuevos y más rápidos. La planificación no respondió solo a esta premisa, sino que se priorizó una movilidad basada en el coche como eje central del diseño urbano. ¿Tandil pertenece a los autos y motos o a las personas que la habitan? ¿Qué pasaría si pudiéramos ampliar esta visión, y las ciudades fueran diseñadas para una movilidad que ayudara a la gente a ser más feliz y a estar más sana?

Es evidente que necesitamos espacio para los coches. Sin embargo, a medida que la población y el número de vehículos aumentan, cualquier persona que haya vivido las horas pico en Tandil puede ver y sentir que el resultado final no es una movilidad mejorada. La corta distancia de muchos viajes en coche dentro de la ciudad, el poco uso que se les da en comparación con el tiempo que pasan estacionados, y su alto precio, hacen que nuestra dependencia y priorización de la movilidad urbana basada en automóviles parezca aún más paradójica. Las tendencias en el crecimiento y la densidad de la población urbana muestran que el uso de coches individuales para los viajes cotidianos dentro de una ciudad ya no tiene sentido.

La movilidad individual basada en el automóvil no solo es mala para las ciudades, sino que es perjudicial también para nosotros. Según las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 2015 los accidentes de tráfico son la única categoría dentro de las 10 principales causas de mortalidad global que no son una enfermedad. En el centro de la cuestión está que nunca antes en la historia tantas personas viviremos en ciudades. Es hora de actuar y decidir si queremos que el espacio urbano sea para nosotros o bien para los coches.

Redaccion

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