Luis «Pepo» Ibarra, el cerebro detrás de los 10 años de la Copa de Serranos: «Se instaló una costumbre de los domingos ir a jugar y disfrutar del fútbol con amigos que ya no se la sacas más a muchas personas”

“En ciudades como Tandil, con alma de pueblo, el boca en boca fue una de las claves que generó el éxito de la Copa Cosa de Serranos” nos dice Luis “Pepo” Ibarra, el creador de uno de los fenómenos sociales y deportivos más importantes de la última década. La Copa “Cosa de Serranos” cumple 10 años y en La Opinión de Tandil nos enfocamos en el torneo que hoy mueve multitudes inquietas por despuntar el vicio de la pelota. Amigos, un equipo de trabajo y la pelota como denominador común instalaron una costumbre, en donde el amateurismo muta al profesionalismo hasta que el domingo y las canchas de la ciudad apagan sus luces.

La Copa “Cosa de Serranos” comenzó su historia en 2012. En total, a lo largo de estos 10 años, pasaron por ella 417 equipos, con un pico máximo de 174 planteles en un mismo torneo. Un movimiento social de más de 3.000 personas que durante los domingos, en las canchas sintéticas de Tandil, muestran felicidad, amistades, victorias, derrotas y pasión por competir en el juego que más enamora a los argentinos.  “En un momento había más equipos deseosos de participar que cantidad de canchas que pudieran albergarlos” nos dice Pepo Ibarra, el cerebro detrás de este fenómeno que se encargó de mimar a los futbolistas amateur y convertirlos en profesionales en el tiempo que dura el juego. 

“Desde el principio fue algo impresionante lo que me pasó con la Copa porque conocía todas las historias de los jugadores que la integraban y también hacía un esfuerzo muy grande por estar con todos a la vez. Una tarde de 2013 estuve en los ocho partidos que se jugaban en simultáneo en las canchas de Talleres, Rivadavia e Independiente y eso la gente que participaba lo fue viendo. Algo demencial porque quería ver a todos todo el tiempo, esa especie de obsesión y trabajo fue generando lo que hoy forma parte de la cultura de los domingos en Tandil. Se instaló una costumbre de los domingos ir a jugar y disfrutar del fútbol con amigos que ya no se la sacas más a muchas personas.” nos dice Ibarra mientras recuerda cada una de las copas que fue organizado desde 2012.

El primer escollo que tuvo que superar en los comienzos fue la indisciplina que había en muchos de los torneos que se organizaban en Tandil. Se convirtió en un objetivo personal en donde los mismos dueños de las canchas ya no sabían cómo hacer para ponerle un freno a la violencia que por momentos se generaban en los partidos. “Vi mucha indisciplina en aquellos torneos pero me sirvió para conocer la esencia del amateurismo en Tandil. El primer año y medio de la copa estaba tan obsesionado con la cuestión disciplinaria dentro del torneo que en muchas ocasiones resigne plata. Prefería devolver el dinero de la inscripción a varios equipos, porque no quería ese tipo de violencia en la Copa. Todos los jugadores laburan al otro día por lo que me puse firme con ese tema de la violencia, para que todo sea disfrute y juego”

Como organización de torneos de fútbol, la Copa a través de Cosa de Serranos se propagó a otras tres ciudades: Ayacucho, Rauch y Benito Juárez. Además, dicha organización, fue piedra fundacional de la Copa Nacional de Campeones que reúne a 20 organizaciones dentro de la provincia de Buenos Aires y otras 6 en otras provincias tales como Chaco, Corrientes, Córdoba, Río Negro Chubut y ahora La Pampa. 

“Es un sueño ver cómo arrancamos y como estamos hoy. Tengo mucha gente que me acompaña y me llena de orgullo. Al principio la que me marcó un antes y un después fue Soledad “cholita” Diaz. Ella fue el primer amor porque le puso una fuerza a la copa impresionante. Yo estaba 24 horas pensando lo mejor para el torneo y ella fue capaz de soportarme y bancarme en esa obsesión. Marcos Liñeyro, otra persona entrañable y hoy en día la “peque” Lopez es la mejor laburante que vi en mi vida. Los veedores, tan importantes para el desarrollo de la Copa, hoy por ejemplo tengo a mi socio en Ayacucho, Rama Rañes, que fue veedor de la copa, el “mariscal” Martín Vidal en Benito Juarez, Nicolas Pintueles de encargado de veedores, Valentín Fernandez Michelini, Jefe de Prensa. Junto a todos ellos asesoramos a otras competencias que les gustó nuestro método. Todo concluye en la Copa Nacional de Campeones donde Federico Fernandez, de la ciudad de Lobos, es el brillante encargado.” expresa orgulloso Ibarra sobre el equipo que pudo armar para sostener semejante organización.

Este camino para “Pepo” Ibarra no se detiene aquí. Buscará en un futuro desembarcar en la Liga Tandilense de Fútbol para seguir trabajando en algo que descubrió en estos diez años de Copa de Serranos: la gestión y el alma de dirigente. “La Copa generó un cambio en mi porque pase de ser organizador, a descubrirme como dirigente. Con una capacidad de gestión que no sentía de antemano. Hoy estoy convencido de que tarde o temprano vamos a entrar a la Liga Tandilense de Fútbol, que es un objetivo a mediano plazo. Con el correr del tiempo muchos dirigentes de Tandil me han conocido y creen en mis condiciones para poder presidir la Liga. Hoy le falta el entusiasmo y el sentido de pertenencia que tienen los equipos de la Copa, falta más amor propio que se contagia haciendo las cosas con pasión desde arriba para abajo.”

La Copa de Serranos en estos primeros diez años no sólo convidó a la ciudad de grandes rivalidades que potenció la competencia con un gran nivel de fútbol sino que también influyó en el crecimiento que hoy tiene el fútbol femenino en Tandil. “En los primeros torneos femeninos Romina Nuñez, hoy jugadora de la Selección Argentina, generaba amor y odio al instante porque marcaba una diferencia muy grande para el equipo que jugaba. Con la incorporación del femenino se propagó el nivel en Tandil y hoy la cantidad de chicas jugando en todos los clubes es impresionante. El torneo que se juega en “La Chacra” generó algo lindo porque el fútbol femenino estaba estigmatizado en determinado ámbito y ellos ampliaron el espectro social”

Hoy la Copa tiene más de 2.500 jugadores y jugadoras compitiendo, a su vez generan un movimiento económico para las canchas sintéticas de la ciudad y las empresas que confeccionan indumentaria que no tiene precedentes. “En Tandil tenemos un nivel de organización y una comunidad de excelencia. Cuando vienen delegaciones de otras ciudades se quedan encantados con la ciudad y con la calidad humana y deportiva de los equipos que tenemos en Tandil. Eso contagia para arriba, se ha hecho algo que llama la atención en todo el país y eso no es casual. Todo tiene mucho trabajo,esfuerzo y pasión en lo que hacemos”. Que la pelota siga rodando y construyendo amistades por toda la ciudad.

Horacio Sobol

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