María Eugenia Vidal intentó negar la «Gestapo» macrista pero ni siquiera consiguió explicar la presencia de los espías de la AFI

Después de un largo silencio, la exgobernadora se refirió por primera vez al video que muestra cómo se armaban causas contra gremialistas y políticos opositores, en el que su ministro de Trabajo expuso su deseo de armar una «Gestapo» para perseguir sindicalistas. «Creo que hay que rendir cuentas todos los días», aseguró María Eugenia Vidal casi al final de la entrevista en el canal de cable La Nación+, en la que se refirió por primera vez al video, dado a conocer por Página/12, donde varios ex jerarcas de su Gobierno coordinaban con empresarios y altos funcionarios de los servicios de inteligencia cómo armar causas para «terminar con los gremios» encarcelando a los dirigentes sindicales. El mismo video que pasó a la historia porque en él su ex ministro de Trabajo, Marcelo Villegas, expresó el deseo de armar una «Gestapo» para hacerlo. A ninguno de los periodistas se le ocurrió preguntarle a la ex gobernadora si no veía una contradicción entre «rendir cuentas todos los días» y haber dejado pasar unos diez antes de salir a tratar de explicar esa reunión inexplicable.

Sobre los agentes de la AFI: no sabe no contesta

A pesar del tiempo transcurrido y de lo amigable de la charla, Vidal ni siquiera consiguió dar alguna versión coherente sobre qué hacían tres de los más importantes funcionarios de la AFI en una reunión «institucional y de trabajo» (como ella la definió) convocada por sus ministros en las oficinas utilizadas habitualmente por el gobierno provincial para tratar temas delicados.

Lo único que atinó a decir fue que el encuentro «fue ilegalmente grabado» y que la presencia de los espías allí «la va a tener que explicar la AFI», más precisamente los que la dirigían en ese momento, el amigo íntimo de Mauricio Macri, Gustavo Arribas, y su segunda Silvia Majdalani.

Los espías presentes eran nada menos que Sebastián De Stefano, exdirector de Asuntos Jurídicos de la AFI, Darío Biorci, cuñado y exjefe de Gabinete de Majdalani, y Diego Dalmau Pereyra, exdirector operacional de Contrainteligencia del organismo. Todas figuras de peso en la inteligencia macrista. «Estuve hablando con varios de los participantes y no sabían que ellos eran agentes de la AFI», intentó explicar Vidal con dudoso poder de convencimiento.

María Eugenia Vidal, marca registrada

Antes había recurrido a sus trucos habituales. Mirar fijamente a la cámara y asegurar que en su gobierno «no hubo ni mesa judicial ni causas armadas». Concentró toda su argumentación en lo impresentable que era el «Pata» Medina y que cualquiera sabía que era culpable, por lo que no hacía falta inventar nada para meterlo preso. Un argumento que bien le hubiera venido conocer antes a su ministro de Trabajo, así se ahorraba convocar a los empresarios para explicarles cómo tenían que comportarse para que los jueces amigos tengan las excusas legales suficientes para perseguir a los gremialistas.

Nadie le preguntó por todos los otros apuntados por la «Gestapo» bonaerense, desde otros gremialistas como los Moyano o los dirigentes docentes, hasta el propio ex gobernador Daniel Scioli y su ex jefe de Gabinete Alberto Pérez, quien se presentó ante el juez para que se investigue cómo ses armaron las causas en su contra.

La «Gestapo» para terminar con los gremios

En cuanto a la definición de su ex ministro de Trabajo, Marcelo Villegas, sobre su deseo de crear una «Gestapo» para barrer con los sindicatos, Vidal minimizó el hecho político y lo señaló como una «expresión repudiable» porque «la Gestapo no es algo para banalizar». Y se apresuró a agregar que el propio Villegas se encargó de comunicarse con las organizaciones de la comunidad judía para disculparse.

Curiosamente, como ya explicó Martín Granovsky, lejos de banalizar el Holocausto Villegas expresó su admiración por la Gestapo y en todo caso su tristeza por no poder contar con un organismo como ese para terminar con la molestia sindical. Como bien se encargó de recordar Vidal, Villegas terminó su frase diciendo «pero hay leyes» que impedían crear una Gestapo, por lo que necesitaba de la colaboración de los empresarios para usar a la justicia para llegar al objetivo.

El video y la interna de Juntos por el Cambio

Lo que sí hizo la ex gobernadora fue insistir con la «ilegalidad» de la filmación de la reunión. «Hasta ahora no apareció la orden de ningún juez que ordenara grabar esa reunión. Para mis ministros y los empresarios eran una reunión de trabajo», señaló Vidal. La ahora diputada nacional sostuvo que «la gente de la AFI va a tener que explicar en sede judicial» el porqué de la grabación de la reunión y la presencia de los espías en la «mesa de trabajo»

Con su mejor cara de Poker, aseguró que «Macri no me mandó a espiar» y concentró sus recelos sobre Arribas. Casualmente el empresario futbolístico terminó al frente del aparato de inteligencia por su íntima amistad con el ex presidente, tanto que terminó viviendo en su domicilio cuando viajó de emergencia para asumir el cargo.

Inocente, la exgobernadora no quiso hablar de ello ni de la casualidad de que hay otra causa que investiga cómo la AFI la espiaba, a ella y a otros dirigentes del PRO como Horacio Rodríguez Larreta, para que Macri estuviese al tanto de sus posibles desafíos políticos.

Para terminar de completar el panorama, uno de los espías presentes en la reunión, Sebastián De Stéfano, está muy vinculado a Daniel Angelici, otro íntimo amigo de Macri y uno de sus operadores judiciales.

El comunicado del PRO, en la misma sintonía

Pocos minutos antes de la aparición de Vidal, el PRO emitió un comunicado en el que carga contra el gobierno nacional y no hace ninguna autocrítica sobre la «Gestapo» que deseó organizar Villegas. El documento no fue respaldado por la coalición de Juntos por el Cambio.

«En los últimos días, hemos presenciado otra operación judicial del Frente de Todos con el fin de deslegitimar la lucha contra las mafias que impulsó el gobierno de María Eugenia Vidal en la Provincia de Buenos Aires», comienza el comunicado titulado «Los mafiosos no pueden convertirse en víctimas». En la misma sintonía que Vidal, en el documento se expone que no hubo «ninguna mesa judicial en la provincia de Buenos Aires» y que la Justicia «actuó en base a pruebas concretas e irrefutables».

En tanto, también apuntaron contra el exlider de la UOCRA, Juan Pablo «Pata» Medina, y el extitular del Sindicato de Obreros y Empleados de la Educación y la Minoridad (Soeme), Daniel Balcedo, a quienes calificaron como «millonarios que utilizaron prácticas delictivas para enriquecerse».

Todos los políticos que denunciaron al escandaloso video, lo hicieron por cómo queda expuesto el armado de las causas y aclararon que no intentaban defender a Medina sino investigar la forma en que se armaban las causas.

Por último, manifestaron que «el trabajo y la lucha» de la gestión de Cambiemos «contra las mafias» en el territorio bonaerense «no haya sido un esfuerzo en vano».

Redaccion

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