Jóvenes: nueva meca del discurso político

En las últimas semanas, diferentes encuestas comenzaron a marcar dos fenómenos bastante nítidos del comportamiento político de nuestra sociedad. Por un lado, que en una franja etaria reconocida entre los 18 y los 30 años, predomina una suerte de anomia política que amenaza con transformarse en un serio problema para el sistema institucional. En segundo lugar, que los integrantes de esa franja dejaron de mirar al kirchnerismo como el movimiento político que mejor los representa para virar hacia opciones más cercanas a la derecha.

El objetivo de esta nota es anticipar dos ideas sobre cuáles podrían ser los caminos a recorrer por el espacio nacional y popular para recuperar algo del entusiasmo juvenil. La primera idea tiene que ver con que es más fácil pensar un discurso político, dotarlo de sentido, cuando al mismo lo antecede una política específica enmarcada en un proyecto ideológico concreto. La ampliación de derechos juveniles durante el periodo 2003-2015 que modificaron su vida diaria e inclusive su forma de autopercibirse, permitieron la construcción de un discurso político específico, kirchnerista, que los englobaba y los interpelaba. En la presentación del plan Prog.R.Es.Ar en 2014, Cristina Kirchner señalaba lo siguiente: “Estos chicos son los hijos del neoliberalismo. Son los chicos cuyos padres no tenían trabajo o lo perdieron, o no fueron educados en la cultura del trabajo, y necesitan de la presencia del Estado para salir adelante. ¿Cuál es la contraprestación? Estudiar». En ese fragmento, quedaba reconocido un sufrimiento y al mismo tiempo se abría un futuro con facilidades para iniciar, mantener o concluir los estudios. En otro acto en el que anunció el aumento de las becas y de la ayuda escolar para la AUH en 2015, la expresidenta marcaba que: «Queremos profundizar este proyecto de inclusión que significó el plan Prog.R.Es.Ar y que nos coloca a la vanguardia en materia de combate de desempleo juvenil y lo hacemos permitiéndole a los chicos estudiar».

La vinculación jóvenes-estudio volvía a estructurar parte del discurso destinado a la juventud que tenía como plataforma una política pública clara sobre la que podía tomar impulso. Por lo tanto, si hay un camino sobre el cual el Frente de Todos debería recuperar terreno es precisamente en la reconfiguración de políticas públicas destinadas a los jóvenes y pensar nuevas que se adapten a sus preocupaciones presentes. La reciente reinauguración del programa Conectar Igualdad es un muy buen aliciente para que el Estado retome ese camino y, con él, la reflexión sobre expresiones, lenguajes y nombres que acompañen la definición de esas políticas.

Respecto a una posible segunda idea para pensar la cercanía a los jóvenes, muchos especialistas en comunicación también comenzaron a advertir la proliferación de nuevas plataformas tecnológicas utilizadas en su enorme mayoría por jóvenes o, como esos mismos especialistas señalan, centennials. Twich, TikTok, los podcasts, entre otros, marcan hoy el pulso del consumo digital en el segmento que va de los 18 a los 30 años. Paralelamente a la explosión de nuevas plataformas o redes a nivel mundial que concentran el consumo cultural y la atención de los jóvenes, se percibe como fenómeno el alejamiento de ese mismo sector etario respecto a los medios tradicionales.

Lo que también ocurre es que ninguna de esas plataformas son hoy vehículos de información política del movimiento nacional y popular. Hoy hay falta de exploración de esos canales, de sus lenguajes e interlocutores, que redunden en una utilización específica para profundizar la llegada a los jóvenes. Un camino posible es pensar estrategias para desembocar en esas plataformas y politizarlas. Esto es dotarlas de un criterio de disputa, reflexión y creación política que interpele a los jóvenes, los ponga alertas frente a los problemas que nos acosan y despierte en ellos posibles soluciones en el marco de un espacio nacional y popular. Ojalá así sea.

Por Diego Vesciunas

Licenciado y Magíster en Comunicación. Docente Ciencias de la Comunicación UBA. @diegoteve

Redaccion

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