Las rectoras y los rectores del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) elaboraron el documento «Desafíos de las universidades públicas en la etapa de la pospandemia», el primer paso hacia un retorno paulatino a la presencialidad, que se apoyará en un esquema bimodal, donde convivirán clases virtuales y presenciales. Las autoridades de todas las universidades públicas del país impulsan un plan de apoyo a la conectividad y la infraestructura; herramientas de capacitación para mejorar la gestión del personal docente y no docente; la evaluación del período de enseñanza a distancia; el establecimiento de protocolos que garanticen la seguridad sanitaria; y estrategias para recuperar a los estudiantes que desertaron, entre otros puntos.
El documento fue presentado en un plenario extraordinario del CIN, realizado esta semana. «Fue un importante encuentro de mitad de año, queríamos hacer una evaluación de estos tiempos de emergencia sanitaria. Particularmente empezar a vislumbrar los tiempos de pospandemia, la vuelta a la presencialidad», señaló el presidente del CIN, Rodolfo Tecchi. En la mayor parte del sistena educativo superior, la enseñanza presencial está interrumpida desde el comienzo de la pandemia.
Los rectores y las rectoras proponen elaborar un plan estratégico de la vuelta a clases en la bimodalidad, priorizando distintos aspectos:
- La culminación de los cursos de los últimos años de las carreras y de aquellos cursos que incluyen prácticas y tareas de laboratorio, que no pueden realizarse a distancia.
- El establecimiento de protocolos que garanticen la seguridad sanitaria para la vuelta a los ambientes universitarios y, en esa misma línea, la disponibilidad de recursos para garantizar el acceso a los insumos indispensables establecidos en los protocolos covid.
- Diseñar un plan de apoyo a la conectividad y la infraestructura para la bimodalidad.
- La revisión de la normativa existente, aun la de la emergencia, para las carreras de posgrado y de todas aquellas que fueron acreditadas y validados sus títulos en modalidad presencial, habiendo transcurrido dos años lectivos en forma virtual.
Uno de los puntos centrales que promueve el CIN es una evaluación del período de enseñanza remota de emergencia: «Consideramos que es necesaria la reflexión y la sistematización de la experiencia virtual, identificando fortalezas y debilidades de la enseñanza en esa modalidad. Nuestro sistema universitario tiene que tener un diagnóstico de las competencias y los saberes de los y de las docentes, no docentes y estudiantes», señala el documento.
Las autoridades académicas plantean también la necesidad de elaborar estrategias para recuperar a los estudiantes que abandonaron sus estudios: «Las universidades no podemos desconocer la alta tasa de deserción que existe en el sistema. Este inconveniente se agravó aún más con la pandemia y jóvenes dejaron los estudios por las dificultades de la modalidad o por tener que trabajar. En este marco –indica el CIN–, las universidades tenemos que proponer planes y acciones específicas dirigidas a que todos y todas las estudiantes que dejaron de cursar vuelvan a las aulas y culminen su formación».
El apoyo a los grupos vulnerables de las comunidades extrauniversitarias es otra de las propuestas del documento. «Consideramos oportuno impulsar carreras cortas y recorridos educativos técnicos y científicos estratégicos orientados al desarrollo productivo y a la reinserción laboral de personas que han perdido su trabajo. Un tema fundamental a potenciar será la formación en oficios y en calificaciones aptas para la reinserción laboral», indicaron.
En el escenario pospandemia, los rectores y las rectoras también se proponen fomentar la articulación del sistema educativo nacional y regional y las investigaciones y los desarrollos científicos tendientes a la resolución de los problemas públicos, sociales, productivos y sanitarios actuales y futuros.
«La pandemia nos privó de la presencialidad, profundizó las brechas socioeconómicas y debimos transformar nuestra actividad cotidiana”, indican las autoridades académicas como cierre del documento. “Para ello hicimos uso de herramientas que preexistían a la pandemia tales como campus virtual, plataformas y muchas otras que fueron puestas en valor ante la emergencia y que nos permitieron continuar con nuestra labor”. Tras destacar que “la virtualidad puede contribuir a la expansión educativa y al fortalecimiento de redes institucionales tendiendo a vigorizar la noción de sistema de educación superior”, los rectores y las rectoras concluyen: “Las universidades no vamos volver a funcionar de la misma manera que antes. Necesitamos adecuarnos a la nueva normalidad y atender las necesidades más urgentes de las comunidades en las cuales estamos insertas. La educación es la herramienta fundamental para transitar el escenario de transformación social y política nacional que requiere la Argentina”.