El intendente de Balcarce, Esteban Reino, expresó en un medio de esa ciudad que no puede “impedir” que la gente se concentre en fiestas en espacios públicos sin respetar medidas de prevención de COVID19 y que ante esa situación “Lo único que nos puede salvar el 31 es que llueva».
El jefe comunal habló con El Diario de Balcarce luego de que trascendieran videos y fotos de más de dos mil personas, entre ellos muchos menores de edad, festejando la Navidad con alcohol, música y picadas ilegales en uno de los accesos del cerro El Triunfo, sumado a las tres fiestas “oficiales” que el Municipio permitió contradiciendo la prohibición de la provincia de Buenos Aires ante el incremento de contagios.
Una de esas fiestas contó con todo el apoyo del gobierno balcarceño, para lo cual una conocida cervecería fue beneficiada con la cesión del Estadio Municipal para recibir 200 personas que pagaron 700 pesos cada una para ingresar. La excusa de Reino fue que la provincia comunicó con poca antelación la medida y que no había tiempo para dar marcha atrás, lo que contradice al mismo Reino quien anunció con la misma cantidad de tiempo la suspensión de las fiestas del 31 de diciembre.
No es la primera rebeldía en pandemia del intendente de Balcarce. En mayo, junto a Miguel Lunghi y otros jefes comunales de Juntos por el Cambio de la zona reclamaron ser declarados “territorio libre de COVID19”, algo que al día siguiente la realidad de los contagios en Olavarría y Necochea los obligó a cajonear.
Con el tiempo aparecieron los primeros contagios en Balcarce, pero todo se desarrollaba dentro de los cauces normales en pandemia. Pero la última semana de octubre el COVID19 encontró en la ausencia de controles municipales y la irresponsabilidad ciudadana un lugar ideal. La tasa de contagios superó la de Mar del Plata y Tandil y en noviembre ya era la peor de la provincia en cantidad de casos cada 100 mil habitantes. Como corolario, desde el único hospital que hay en Balcarce solicitaron a la población una donación de camas por no haber más espacio.
No obstante, Reino hizo caso omiso a los pedidos de gobernación de cuidar a la población y evitar el inminente colapso sanitario. Rechazó en dos oportunidades acatar la fase 3, una escudándose en una “rebelión de gastronómicos y gimnasios” que se negaron a cerrar y la otra para evitar la suspensión de una fecha del Rally Argentino, que igualmente se llevó a cabo sin que se respete ningún tipo de burbuja sanitaria.
Balcarce llegó a fin de año multiplicando por cuatro la cantidad de muertes por COVID19 que había a mediados de octubre. De 16 pasó a 62. Según el propio intendente más del 70% de los hisopados son positivos. El Hospital Municipal, único vector sanitario de la ciudad, está al 90% de su capacidad.
Y ante esta situación catastrófica la principal autoridad cree que la solución es la lluvia.
Querido Intendente, me preocupa su pedido de lluvia para el día 31, ya que si tenemos una noche cálida en Balcarce podemos disfrutar del año nuevo en familia y al aire libre, manteniendo las distancias. Caso contrario son muy pocos los Balcarceños que disponen de un gran espacio para alojar a 10 personas manteniendo los 2 m de distancia. Pero….. si usted se refiere a que la lluvia ayudaría a desactivar las fiestas clandestinas, considero que debería cambiar su pedido y solicitar intervención a la policía.