Dos motivos que explican el brote de COVID19 en Tandil

Circulación comunitaria, más de 50 casos activos y el primer muerto por COVID19 en menos de una semana: la falta de herramientas digitales y los problemas en la comunicación de funcionarios municipales parecen tener responsabilidad por el brote de coronavirus en Tandil.

La falta de una estrategia para hacer un seguimiento de los casos positivos y/o las personas que llegan de ciudades con circulación comunitaria

La pandemia por el COVID19 dejó en evidencia la nueva necesidad de todos los gobiernos del mundo: la gestión de datos es fundamental para desarticular al virus. En este sentido, el gobierno de Tandil se manejó de manera analogica.

Los esfuerzos humanos para combatir al Coronavirus. Solo con las personas que trabajan en los accesos a la ciudad y en el centro de monitoreo, no alcanza. Su gran esfuerzo tiene que estar acompañado por una estrategia para seguir a las personas que entran a Tandil y los pacientes positivos.

Oscar Nigro, titular de la consultora Datear, nombró hace algunos días la experiencia que llevan adelante en Ayacucho. “Tenemos una plataforma que hace seguimiento de movilidad urbana, se llama APS Ayacucho y trabaja sobre la base de lo que nosotros bautizamos como seguimiento epidemiológico solidario: porque el usuario pierde algo de privacidad, ya que permite que se sepa dónde está y donde anduvo, pero cuida a los demás”.

En Tandil no se aplicó ningún tipo de herramienta para hacer un seguimiento remoto de los casos positivos o las personas que llegaron a Tandil. Lo más cercano a esto es lo que se hace desde el Centro de Monitoreo de COVID19: que marca la ubicación de algunos llamados que recibe pero no los sincroniza con los casos positivos. Cabe destacar que no todos los positivos llamaron previamente al Centro de Monitoreo. De esta manera es imposible determinar en qué lugar de la ciudad hay un brote activo.

La comunicación oficial

Ya suena repetitivo, pero es imposible separar la imprudencia de algunos funcionarios con la actual situación sanitaria. Entre la rebeldía de Lunghi y el “ningún decreto nos puede decir lo que tenemos que hacer”, del Jefe de Gabinete, Oscar Terrugi, se explica buena parte del relato oficialista durante la Fase 5 tandilense.

El lunghismo eligió utilizar los buenos indicadores sanitarios para presionar por la apertura de actividades económicas y reforzar su buena imagen entre el status quo tandilense, pero olvidó que las declaraciones oficiales son las que marcan el pulso de la actividad en general.

Envueltos en su slogan de “más autonomía municipal”, terminaron enredados en su propio laberinto discursivo: como funcionarios pedían más circulación de personas, como Municipio pedían más cuidados. Un mensaje choca con el otro, por lo tanto uno podía fallar y eso fue lo que sucedió.

Simón Ventos

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