Retrocedió 2,9% en julio y se frenó el proceso de recuperación de la producción de bienes y servicios, según el índice difundido hoy por la consultora Orlando Ferreres y Asociados.
De acuerdo con el índice, la actividad acumuló una caída del 3,5% en los primeros siete meses del año y la medición desestacionalizada no mostró un cambio significativo respecto de junio.
«Si los registros de los últimos meses sugerían que la actividad económica estaba reactivándose lentamente, los datos de julio indican que este proceso se vio interrumpido, al mostrar una contracción de 2,9% para el séptimo mes del año», señala el informe.
El análisis de la consultora sostiene que «el motor del agro que tuvo la economía en el segundo trimestre ya no tiene tanto peso en el índice general, con la cosecha gruesa prácticamente terminada, y los sectores vinculados al consumo no logran hacer pie en un contexto de caída de la demanda».
Agrega que «hacia adelante el panorama luce aún peor» por la devaluación y la derrota electoral del Gobierno.
Señala que ese escenario «está derivando en una aceleración de la inflación que echará por piso la leve recuperación que estaban mostrando los salarios, impactando en el consumo de las familias y en la actividad económica en general».
El estudio señala que en julio el sector energético registró una contracción interanual del 3% y el sector agropecuario registró un crecimiento de 10,9% anual, «ya lejos de las cifras superiores al 50% observadas durante el segundo trimestre, cuando el impacto de la cosecha era mayor».
El informe agrega que la producción industrial tuvo una caída interanual de 2,7% anual «dando por tierra con las tibias señales de un cambio de tendencia, como parecían indicar los datos de los últimos tres meses».
Señala que el comercio «volvió a mostrar cifras negativas, al caer 4,2% interanual».