Tras perder el superclásico, entra en crisis la larga hegemonía de Macri en Boca

La derrota de Boca contra River en la superfinal de la Copa Libertadores podría ser el principio del fin de la larga hegemonía de Mauricio Macri en el club, que ahora enfrenta el riesgo de que la oposición se una detrás de la figura de un ídolo de los hinchas: Juan Román Riquelme.

Como contó LPO, el partido de este domingo era vital para el plan de continuidad de Daniel «Tano» Angelici en Boca, que busca dejar como delfín a Christian Gribaudo y ya arrancó la campaña de cara a las elecciones del año próximo. Sin embargo, la derrota podría complicar sus planes.

No sólo se trata de un golpe duro para Angelici sino también para el propio Macri, que arrancó con su poder en Boca en 1995. Por eso, también podría ser un impulso para que se decida a lanzar al vicejefe de Gabinete, Andrés Ibarra, que goza de su máxima confianza. Como supo LPO, el Presidente no atraviesa su mejor momento con Angelici. «No lo va a entregar, pero se le vienen días difíciles. Llevó a la Argentina a un papelón», contaron fuentes de Cambiemos al tanto de esa interna áspera.

Es que tal era la necesidad del Tano de ganar este superclásico que incluso se habló de un intento de conspiración para anular los puntos de River en una negociación con la Conmebol. Se trataba del partido clave, el que «no podía perder», pero todo salió mal y terminó complicando a Macri a días del G20.

La continuidad de Angelici comenzó a ponerse en duda sobre todo desde que le surgió un competidor taquillero en la sucesión del club. Riquelme, el máximo ídolo de los hinchas, le viene como anillo al dedo al sector antimacrista que encarnan Víctor Santamaría, Santiago Carreras, Amor Ameal, Carlos Beraldi y la Agrupación Azul y Oro en Boca.

En rigor, aquel sector nunca logró tener chances reales contra el PRO en Boca, pero ve en la figura de Riquelme una oportunidad para golpear a Macri y Angelici en la conducción.

El ex jugador estrella del club no confirmó que vaya a competir, pero ya genera mucha preocupación a la gestión actual. Acaso por eso en el último mes Macri lo invitó a Olivos a jugar un partido de fútbol con funcionarios y le habría propuesto que haga cargo del sindicato de los jugadores como un gesto de distensión.

Además de impulsar las chances de la oposición, la derrota golpea muy fuerte a Angelici en sus aspiraciones de saltar a la política partidaria. Cuando asumió en Boca en 2011, el Tano le pidió a los socios -con un dejo de presunción- que tuvieran el pasaporte al día para poder viajar a Japón, que es donde históricamente, con algunas excepciones, se disputó la final del mundo en materia de clubes.

Pero durante sus 7 años de presidencia, Boca no pudo ganar la Libertadores y por eso era crucial para las aspiraciones del macrismo de perpetuarse en el club la obtención de esta edición de la Copa, mientras que River este año ganó también la final de la súper copa en Mendoza y dejó expuesta una vez más su debilidad.

Angelici buscaba dar el salto al plano partidario a través de la UCR porteña, en un intento de emular la carrera de Macri cosechando éxitos deportivos internacionales que lo hicieran competitivo para lanzarse. Su primera escala: convertirse en el titular del radicalismo capitalino, donde milita desde su juventud.

El escándalo desatado por el River-Boca lo golpeó como no habían podido las decenas de ataques de Elisa Carrió, su máxima enemiga en Cambiemos. Las pedradas al micro de Boca se llevaron puesto a Martín Ocampo, uno de sus hombres de mayor confianza y que estaba a cargo del Ministerio de Justicia y Seguridad y profundizaron la grieta con el Presidente.

La contracara del desconcierto de Boca es que la victoria de River potencia las aspiraciones políticas de Rodolfo D’Onofrio, que llevó al club del descenso al éxito y desde hace tiempo quiere dar el salto, también con una fuerte oposición a Macri y con guiños al peronismo.

Fuente: La Política Online

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