El dictamen del presupuesto en la comisión de Hacienda terminó por exponer la fractura del bloque que lidera hasta hoy Miguel Ángel Pichetto, que terminó en la incómoda posición de embajador del gobierno con los gobernadores del peronismo.
El encargado de encender la mecha fue el formoseño José Mayans, que encabezando la rebelión contra la derogación del fondo sojero, acusó a Pichetto de ser funcional a la Casa Rosada.
“Una vergüenza que jefes de bancada cambien para tratar sólo los temas que le interesan al Ejecutivo”, disparó el formoseño, sentado en primera fila, con Pichetto una silla más allá, sólo amortiguando entre ambos el chubutense Alfredo Luenzo.
Pichetto recogió el guante. “A mí nadie me dio ninguna instrucción, menos el ministro del Interior. La decisión es del oficialismo, leí en un diario lo de pedir sesión especial”.
Pichetto siguió: “Algunos quieren prender fuego a la pradera. Algunos gobernadores se compraron el traje cubano de la revolución”, agregó.
El presupuesto es la excusa pero lo cierto es que la grieta al interior del peronismo en torno a la figura de Cristina Fernández hace inviable la continuidad en el bloque de los senadores José Alperovich y Beatriz Mirkin de Tucumán, junto al mencionado Mayans y su coterránea María Teresa González.
El futuro de los senadores de la Pampa y Chubut en el interbloque Argentina Federal es otra incógnita. Lo cierto es que hoy el liderazgo del rionegrino se escurre al tiempo que Cristina Fernández aparece para los gobernadores como una carta necesaria para pensar el tablero provincial de sus provincias.
Fuente: Abcenlinea