En un nuevo episodio de la interminable saga de contradicciones entre lo que el Presidente de la Nación Mauricio Macri dice y lo que finalmente los hechos demuestran, se conoció la declaración del cerrajero que abrió las puertas de la cooperativa periodística Tiempo Argentino la noche del 4 de julio de 2016, cuando la redacción fue brutalmente bandalizada.
Guillermo José María Carrasco fue el cerrajero contratado aquella noche por la patota liderada por Mariano Martínez Rojas, según publicó el propio diario Tiempo Argentino. En su declaración ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal 8 que investiga la causa impulsada por los trabajadores, consta que hubo complicidad de la Policía en el ingreso forzado al lugar.
«Ellos tenían que ‘tomar el fuerte’. Esas fueron las palabras que escuché y no me las pude borrar. La Policía me dio la orden directa de abrir el lugar”, declaró ante la Justicia y explicó que unos minutos después llegaron Martínez Rojas y Juan Carlos Blander, el líder de la patota, y le mostraron «unos papeles con un sello que podían ser una orden legítima», pero desconfió y se negó a hacer el trabajo hasta que llegue la Policía.
Sin embargo, luego llegaron «dos móviles de Policía Federal» al edificio. «Me acerco al policía y le pregunto si estaba todo ok para hacer la apertura. Y ellos me contestan que sí, que haga el servicio. Aclaro que la Policía me dio la orden directa de abrir el lugar. Quien me autorizó a abrir fue el policía que manejaba el móvil policial», remarcó el cerrajero.