Un jamaiquino con más de 25 años de trayectoria en el FMI fue designado para dirigir la oficina que el organismo abrirá en Buenos Aires en noviembre. Se trata de Trevor Alleyne, quien de esta forma se transforma en el principal responsable de monitorear día a día si el Gobierno cumple con las metas del «doble cero»: es decir equilibrio fiscal y nula expansión monetaria. Así lo pudo confirmar Infobae de altas fuentes del Fondo en Washington.
La misión del Fondo que estuvo en Buenos Aires en agosto hizo base en oficinas prestadas por el Central ya allí se instalará Alleyne en su desembarco oficial. Luego, el nuevo representante en Buenos Aires tendrá un despacho propio. Todavía no se sabe dónde estará, aunque se descuenta que será a pocas cuadras del Central y de Hacienda.
Alleyne será «representante residente (resident representative) en la Argentina, es decir el primer punto de contacto entre el FMI y las autoridades del Gobierno local. Luego está la misión que sigue el caso argentino, que es encabezada por Roberto Cardarelli, y que realizará visitas trimestrales para ir monitoreando que se cumpla con los compromisos. La próxima estaría prevista en noviembre.
El FMI ya había anunciado su intención de volver a tener una oficina en el país después de más de quince años. Aunque aún no lo oficializó, ya está designado el nuevo representante y así se lo hicieron saber a las máximas autoridades del BCRA y del ministerio de Hacienda.
La confirmación sobre el representante del Fondo en el país se conoció incluso antes de que se firme el nuevo acuerdo. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, avanzó en la última semana en la reunión anual del FMI en Indonesia en los detalles y volvió a recibir el respaldo del secretario del Tesoro norteamericano.
Se supone que antes antes de fin de mes el directorio del organismo dará su visto bueno del nuevo paquete de ayuda financiera, que suma USD 57.000 millones. De ese total, USD 15.000 ya fueron desembolsados, USD 13.400 millones llegarán antes de fin de año, USD 22.000 millones serán «gatillados» en 2019 y el resto en 2020. Pero todo dependerá de la «buena letra» que haga el Gobierno a la hora de cumplir con los compromisos asumidos desde el punto de vista fiscal y monetario.
Fuente: Infobae