Veinte días atrás, el cura Marcos Picaroni había alertado que la crisis económica se siente en Tandil con una mayor demanda de alimentos y de frazadas en los barrios más populares de la ciudad, pero la secretaria de Desarrollo Social, Alejandra Marcieri, salió duramente al cruce en nombre del gobierno de Miguel Ángel Lunghi.
No era el primer entredicho entre la Iglesia de Tandil y el gobierno de Lunghi, pero la negación de lo que sucede resonó fuerte en la opinión pública local.
Ahora, la misma Marcieri tuvo que reconocer en una entrevista con El Eco de Tandil que “se nota el impacto en la creciente demanda de alimentos que tenemos y el acompañamiento con las tarifas de luz y gas. También hay personas que demandan asistencia para poder pagar el alquiler porque no llegan a fin de mes. Se ha empezado a acercar otra población por el tema de la situación habitacional.”
“El incremento de la canasta básica impacta directamente en el bolsillo de los que menos tienen. Nuestras ayudas a través de los diversos programas hace que se pueda adquirir menos con el mismo dinero”, agregó.
Finalmente expresó que “por ahora venimos bien con las partidas y la ayuda que tenemos de Provincia. Se han cancelado algunas obras y proyectos que no son de asistencia directa. A nivel gobierno se va a ir evaluando mes a mes si es necesario reasignar partidas”.