«Hay gente que delinque, que es la primera vez que está pasando por eso, que antes no lo hacía, pero por una necesidad, por un apremio económico.» El análisis lo realizó el jefe de la Policía Bonaerense, Fabián Perroni, al reconocer que «el delito más simple aumenta», mientras los números oficiales registran una baja en los delitos complejos. Según Perroni, el Ministerio de Seguridad trabaja en «zonas calientes» para detener el aumento de hurtos en la calle, pero insistió en la atípica reflexión para un jefe de la Policía bonaerense: «La falta de inclusión es un tema que hace que los lleve a esta situación».
«Hay un problema social, que es obvio, que hace que la persona que tenga la necesidad de comer, por definirlo de alguna manera, lo que hace que el delito más simple aumente», insistió Perroni en la idea poco habitual para los responsables de la política de seguridad bonaerense en medio de un contexto de ajuste económico y pérdida del poder adquisitivo.
De todas formas, en diálogo con radio La Red, el jefe de la Bonaerense resaltó que trabaja conjuntamente con el Ministerio de Seguridad a partir de un mapa de las denominadas «zonas calientes» para perseguir ese tipo de delito menor y, aunque reconoció que existen casos de personas que por «primera vez» se ven empujados a robar por «apremio económico», sinceró: «A nosotros esa cuestión nos excede, no tiene que ser excusa o impedimento para no seguir enfrentando al delito».
En ese tono, Perroni destacó las cifras de una baja significativa en los delitos complejos tanto como «un récord de detenciones», que precisó en «entre 800 y 900» solo durante los fines de semana bonaerenses. En ese punto, el jefe de la Policía no se mostró crítico por el hacinamiento récord en las comisarias, que los organismos de derechos humanos denunciaron repetidas veces y que el 2 de marzo de 2017 quedó evidenciado con la muerte de 7 jóvenes en la Comisaría 1 de Pergamino. Según las cifras oficiales, la sobrepoblación alcanza el 270 por ciento.
Las declaraciones de Perroni no son las primeras en las que se muestra compresivo respecto del contexto social que lleva a muchas personas a robar. En junio pasado, cuando la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, coincidía con el entonces diputado del Frente Renovador Sergio Massa para exigir mano dura y la baja de la edad de imputabilidad, el jefe de la Bonaerense aportó su mirada obediente, pero con diferencias sobre la respuesta de mano dura: «Ante la comisión de un delito, nosotros tenemos que actuar y poner a disposición de la Justicia a cualquier persona, tenga la edad que tenga. Pero en lo personal creo que tenemos que trabajar más con los chicos que están postergados, sin contención de la familia ni del Estado.»
(Página12)