«Soy Geoff Emerick, el que grabó los discos de The Beatles.» Así se presentó el ingeniero de grabación que participó de las sesiones de Revolver, Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, el Álbum Blanco y Abbey Road, en el Auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional. El hombre que forjó su carácter enfrentándose a los caprichos de John Lennon y a la inseguridad de George Harrison dio una charla -organizada por el Instituto Nacional de la Música y la Asociación Argentina de Técnicos e Ingenieros de Audio- con la que recorrió los años en los que se desarrolló la etapa más creativa de la banda, una búsqueda artística que revolucionó para siempre la música pop.
Emerick fue generoso y habló durante más de dos horas. Contó que ingresó a EMI en 1962, a los 15 años, y cuatro años más tarde ocupó el puesto de Norman Smith como ingeniero de sonido de Abbey Road. «Lo primero que grabé como reemplazo de Norman fue ‘Pretty Flamingo’, de Manfred Mann. Cinco meses después me llamaron a la oficina y George Martin me preguntó: ‘¿Querés grabar a The Beatles?’. Mi corazón dio un salto», recordó.
Durante la charla en la Biblioteca, Emerick logró transmitir las sensaciones que tenía cuando era un adolescente asustado por el compromiso, desesperado por dejar conforme a la banda más grande del mundo. «Ellos querían un nuevo sonido», dijo y explicó que «Tomorrow Never Knows’, la canción que cierra Revolver, fue clave para ese cambio: «Quiero sonar como el Dalai Lama cantando desde la cima de una montaña», fue el pedido que le hizo Lennon en ese momento. «A John le costaba mucho darse a entender. Yo estaba por vomitar», agregó Emerick, entre risas. Lennon quiso mandar a comprar una soga para cantar colgado desde el techo del estudio (algo que Pedro Aznar realizó muchos años después) y el ingeniero de grabación resolvió la situación al grabar la voz de Lennon a través del amplificador Leslie de un órgano Hammond. También amplificó la batería de Ringo Starr para que sonara más potente. Rompió los estrictos protocolos de EMI para cambiar el sonido del grupo. Nada mal para un primer día de trabajo. «Todo lo que hicimos ese día cambió la forma en la que grabábamos», aseguró. «Tratábamos de crear algo diferente», contó, y mencionó que los ingenieros viejos del estudio, acostumbrados a aquellos protocolos, miraban sin comprender.
Emerick también analizó «Penny Lane» y «Strawberry Fields Forever», que sonaron en la Biblioteca en mono, tal como fueron concebidas y editadas originalmente. «El proceso que hay detrás de esas canciones es enorme. Todo significaba algo», dijo. «Había una idea, pero no un demo. Se hizo dentro del estudio», aseguró, y aclaró que la mayoría de las canciones de la etapa de Sgt. Pepper’s se lograron de la misma manera.
«Dos semanas después de grabar la primera versión de ‘Strawberry Fields Forever’, John Lennon dijo ‘Quiero regrabar, quiero que sea más pesada, que tenga una orquesta’. Otra vez: John no sabía expresarse y tenía ideas en la cabeza que no sabíamos bien de qué se trataban. Grabamos una nueva versión y a la semana siguiente volvió y dijo ‘Me gusta la primera parte de la primera versión y el resto de la segunda, así que podemos unirlas’. El problema es que la primera versión estaba en un tempo y tono diferente que la segunda. Pero para The Beatles, ‘No’ no era una palabra posible.»
Emerick, que se presentará junto a la banda Nube 9 este miércoles 11 de abril a las 21 en el Teatro Monteviejo (Lavalle 3177), fue consultado por la imagen que ofreció de George Harrison en el libro El sonido de Los Beatles – Memorias de su ingeniero de grabación, donde el Beatle más joven no queda muy bien parado debido a la inseguridad que lo llevaba a repetir varias tomas («Paul se frustraba y le decía ‘dejá, yo lo hago'»). Contestó que intentó contar la lucha interna de Harrison por convertirse en un prolífico compositor de canciones. «Lo consiguió. El solo de ‘Free As a Bird’ (de 1995) es uno de los mejores que grabó.»
«Tenemos que experimentar. Es divertido y se puede hacer», fue el consejo de Emerick para los ingenieros de sonido. Confesó «odiar» el rap y aseguró que sólo puede trabajar «con artistas reales» que no necesitan Auto-Tune. «No puedo fabricar un Justin Bieber. ¿Cuál es el punto?»
Fuente. Rolling Stone Revista