‘Naranja persa 2’: impresiones del nuevo disco de Ciro y los Persas

La espera para completar la yunta anaranjada se extendió un poco más de lo previsto. Programado originalmente para ser editado durante 2017, Naranja persa 2 no sólo llena el hueco reservado en el packaging del CD que incluía el volumen inicial, sino que establece ideas de continuidad en tiempos no aptos para escuchar discos completos (acá Andrés Ciro logra el milagro de contradecir hábitos de consumo y volver a los días en que la edición de un disco de Los Piojos era una jornada festiva para fanáticos del grupo de El Palomar, dueños de disquerías y algunos popes de la distribución discográfica). Con talento, perseverancia y un control obsesivo del resultado artístico, Ciro ya superó la etapa de reinvención y, al frente de Los Persas, no extraña a su ex banda. De nuevo, la sociedad con Juanchi Baleirón en la producción proyecta en alta fidelidad cómo saltar por los géneros clásicos del rock con absoluta solvencia y de qué modo es posible reflejar el momento de evolución en la vida del cantante. Naranja persa 2 supera a su hermano mayor por calidad de audio, variedad de estilos y una ambición artística que parece contradecir la órbita previsible y oportunista del rock argentino de trapos al viento y probada adhesión popular. Vamos a las pruebas de una bomba de tiempo que augura una de las mejores noticias del primer semestre del año.

1. El comienzo con «Prometeo» tiene sustancia de hit en el riff prepotente y una letra sobre el estado de las cosas. El titán que provocaba a Zeus en la mitología griega es el actor de un relato nervioso: «Vos sabés que donde hay culpa nunca hay nadie/Desde el país de los infinitos comienzos ves cómo vas perdiendo fe en los que manden», canta Ciro, surfeando sobre una sección de vientos que adorna el juego de guitarras punzantes y modernas a cargo de Juan Manuel Gigena Ábalos, Rodrigo Pérez y Juanchi Baleirón para despejar las reminiscencias a «Arco» de Los Piojos.

2. Ciro rapea a su modo en el arranque existencial de «Dale Darling», para luego meterse en la historia de una chica en el rol protagónico de una road movie sobre violencia de género, fuga hacia el desierto y anhelos de libertad. Tremendo rocanrol marcado por el piano saltarín de Nicolas Raffetta, los ataques de los vientos y la velocidad de guitarras bien valvulares.

3. «Dice» es una balada a la velocidad de las guitarras acústicas y el inconfundible sonido de armónica que arrulla el vaivén de una canción flotante. Parte de la letra tiene destino de remera en la frase «La locura que nos lleva a este ritual». Puede recordar a las melodías románticas de Los Piojos, pero hay un colchón sonoro repleto de detalles que supera cualquier comparación.

4. El bajo acelerado de «Plan» tiene el mismo impulso rutero que «Flip The Switch», el tema inicial de Bridges To Babylon de los Stones. La letra va por otro lado: «El mundo se está cansando de cinismo, a cualquier idiota da protagonismo, estamos en la redes, recuerden», sentencia Ciro en un in crescendo de guitarras y piano rítmico. El tema causó furor en su estreno durante los Luna Park de diciembre del año pasado

5. «Simple» tiene a Juanse como guitarrista invitado y una referencia clara a «Vicio» de los Ratones Paranoicos, pero en el fondo es un homenaje a Pappo y su sonido Blues local. Arreglos de vientos de la escuela Nueva Orleans y la urgencia simple del amor ante el paso del tiempo: «Dale, nena, haceme el amor, no conozco un vicio mejor», repite Ciro, y aunque el estribillo no es brillante en lo poético, cumple su cometido en la ingeniería de un tema de alto impacto radial.

6. «Estela» es un blues jazzeado que exhibe el poder orquestal de Los Persas. Sutiles arreglos de cuerda, un piano dominante y la interpretación afilada de Ciro para llevar adelante una súplica sentimental. Gracia y estilo para explorar géneros que exigen de precisión.

7. La destinataria clásica del rock más hormonal tiene en «Nene» una vuelta de tuerca para una balada romántica. El eco stone perfuma una serie de frases que van de lo obvio a territorios más propios, pero es la voz de Ciro la que viaja del lamento a la exaltación con credenciales de autenticidad sentimental.

8. «Un hombre más» es, tal vez, la apuesta más ambiciosa del disco: impronta beatle en el ritmo marcial, las guitarras y un piano que dibuja un momento épico de una letra un tanto críptica, casi el devenir de un líder con sus miserias y contradicciones. Un relato interior antes de un in crescendo que no parece desestimar la explosión final de las guitarras y una preciosa coda final de bajo.

9. Otro mid tempo para seguir en la frecuencia del rhythm and blues clásico pero con un criterio de producción bien FM. La cosa pasa por los sabores y el swing de Ciro en un plano en donde otros cantantes podrían resbalar feo tratando de mostrar una faceta sexy.

10. «Por cel.» empieza como un blues bonachón y se transforma en un funky con pases de comedia a cargo de Ciro y Julieta Rada, en un diálogo sobre una pareja tratando de encontrarse. Sonido de hammond, ataques de saxo y una frase que la chica deja flotando en el aire: «Tengo una nostalgia más fuerte que la pubalgia que dejó nuestro amor».

11. Otra muestra del cantante comediante y su recorrido por la rutina caracol de una semana infernal. «Todos igual» no agrega mucho con sus críticas a la vida moderna. Demasiadas palabras al ritmo de una sucesión de arreglos de vientos, un corte de ritmo murguero que dura segundos y hasta el ruido de un chiflo del afilador forman el sonido alienado que domina el discurso del protagonista de la canción.

12. El disco cierra con «Toaster (give me back my)», el tema adelanto y la mejor ocurrencia para transformar un hecho desafortunado -Ciro sufrió un robo en su casa e hizo una declaración que tuvo alta repercusión mediática- en un hit funky disco. «Hay corrupción no hay educación, hay corrupción no hay alimentación», canta Ciro y redobla la crítica cuando dice «A los políticos más vigilancia/Si roban a destajo, no miran hacia abajo/Y después la gente no tiene trabajo».

Fuente. Oscar Jalil / RS

Redaccion

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