Declaración del PJ de Tandil por el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia

Desde que el Peronismo ingresara a la historia de nuestra Patria de la mano de Perón, Evita y los trabajadores, inauguraron en Argentina la era de la Justicia Social. Quedó como sino definitorio del ideario peroniano “…que el trabajo, el pensamiento libre y la construcción constante, sean los derechos humanos que nos acerquen al progreso, a la civilización y su estabilidad”. Ese  proceso de igualación social no fue sin dolor. El imperialismo, la oligarquía y sus sirvientes,  nunca abandonaron la idea de terminar con la democratización de los Derechos, ni antes ni ahora.  Las diversas intentonas golpistas se conjugaron con el tenebroso “viva el cáncer”, pintado en paredones, que anunciaba el “odio de clase” al que asistimos actualmente.  Así se llegó al  Bombardeo de Plaza de Mayo en junio de 1955, como preámbulo del Golpe triunfante del mes de septiembre. La política represiva, impuesta a  sangre y fuego, con cárceles, proscripción y exilio, con secuestros, tortura y fusilamientos, con elecciones anuladas y la proscripción por 18 años del Partido mayoritario, pretendieron borrar el monumental legado del  Peronismo, con el apoyo propagandístico de La Nación, La Prensa, La Nueva Provincia, etc.
El breve racconto anterior, marca la continuidad de una historia de luchas y barbarie que los enemigos del pueblo han instalado como práctica política en nuestras tierras. La última Dictadura del 24/03/76, fue, con una violencia perfeccionada, la continuidad del proyecto oligárquico representado en Martínez de Hoz, Videla, Massera y Agosti.  El “Terrorimo de Estado” coronó la barbarie,  colonialismo, explotación, represión,  exilio en masa, centenas y centenas de mujeres y varones cayeron vilmente asesinados, secuestros y la desaparición de los  30.000 hijos – por los que no dejaremos de reclamar Justicia – son una llaga viva en la conciencia del Pueblo argentino.
Hoy, por el voto popular, asistimos a un proceso antidemocrático y colonial, en ese marco los Derechos Humanos se tornan el escenario, la tierra fértil en la que es imprescindible colocar reivindicaciones que abarcan desde injusticias de larga data, surgidas de la desigualdad extrema; hasta nuevas formas de expresiones sociales, sobre todo representadas por minorías que buscan el reconocimiento y la inclusión social. Esta visión cada vez más extendida de los derechos humanos se impuso por las múltiples luchas de los movimientos sociales y de los gobiernos progresistas, que en América Latina, impulsaron la  inclusión social a través de la creación de nuevos derechos y de la institucionalización de otros, ya adquiridos. En Argentina volvió a ser el Peronismo de la mano de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, quien convirtió la larga e impecable lucha de los Organismos de Derechos Humanos en Política de Estado. El Peronismo ha sido el que más víctimas ofrendó.
En la actualidad, estamos peligrosamente desandando ese camino tanto en derechos sociales y políticos como económicos. El Pueblo siente el ajuste, la desocupación, los tarifazos, los alimentos caros, los presxs políticxs y sociales, los asesinatos, la represión a lxs trabajadorxs,  la discriminación a los pueblos originarios, el  retroceso a las políticas de inmigración, ejemplo en América Latina. En la memoria colectiva de Tandil sigue abierta la llaga de lxs compañerxs que ya no están, a 42° años de la noche más larga y sangrienta.
“El mejor homenaje a las víctimas del terrorismo de Estado reside en el idealismo de los principios, la tenacidad en el esfuerzo y el realismo en la ejecución”. Emilio Mignone.

Redaccion

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