En una acción de marketing político que supera con creces al famoso intendente «pelopincho» de la vecina ciudad de Necochea, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, inauguró una pileta dibujada literalmente en el piso.
La falsa pileta instalada por el gobierno porteño en el Parque de los Niños, es una lona antideslizante con juegos de agua. La «propuesta del verano» como intentaron comunicarla costó cerca de 39 millones de pesos que fueron abonados a la empresa Prado Del Ganso S.A, participe habitual en licitaciones porteñas.
Vista desde un dron la falsa pileta parece cumplir con el engaño. Sin embargo en las redes sociales estallaron las críticas por el montaje y denunciaron el engaño.
Desde la cárcel la dirigente Social jujeña, Milagro Sala, le escribió una carta a Rodríguez Larreta contándole que además de las miles de casas que construyeron con su organización también hicieron 18 piletas para los sectores populares de Jujuy en lo que es el Parque Acuático más grande del Nordeste Argentino.
“Estimado Horacio. Soy Milagro Sala. Te escribo desde la prisión sui generis que inventaron especialmente para mí –dice la dirigente de Tupac Amaru en su carta–. Si hay algo que no podemos negar es el nivel de creatividad que tienen. Justamente hoy vi que inauguraste una pileta, que en realidad es una alfombra. Mirá, Horacio. En este encierro al que me condenaron solo por ser negra, tengo tiempo.
Como sabrás nosotros además de las miles de viviendas construimos 18 piletas, entre ellas la del Parque Acuático que es la más grande del noroeste argentino. Si necesitas algún tipo de asesoramiento contá conmigo. Yo no soy rencorosa, y si tu intención es hacer algo que puedan disfrutar los que menos tienen, te puedo dar algunos consejos. Abrazo Milagro Sala. Presa política de Mauricio Macri”.
Milagro Sala y la TUPAC construyeron 18 piletas reales, con profundidad y agua de verdad en 23 polideportivos a lo largo y ancho de toda la provincia de Jujuy. Eran de acceso gratuito para todo el pueblo jujeño. Una diferencia notoria entre proyectos de inclusión social genuinos y artificios mediáticos lamentables.
