El intendente de Cambiemos lanzó un feroz ajuste. Ya hay más de 500 despedidos y en las notificaciones señala que las cesantías responden a órdenes de Vidal y Macri.
Los despidos masivos en el Estado no cesan y se multiplican en los distintos niveles. A las cesantías en el Estado Nacional hay que sumarle lo que sucede en las Provincias, pero también lo que ocurre en los municipios. Es que en todos los órdenes el ajuste golpea a los trabajadores.
Ese es el caso del municipio de Quilmes, donde el intendente de Cambiemos, Martiniano Molina, lanzó un agresivo plan de reducción de la planta de empleados estatales y hasta el momento ya se contabilizaron más de 500 cesantías.
En algunos casos (los menos) llegaron notificaciones formales y en otros simplemente se comunicaron de palabra. Lo curioso, entre tanta ferocidad, es que las notificaciones que le llegaron a quienes sí fueron avisados el último día hábil del año que se quedaban sin empleo, es que Molina culpó de la decisión a María Eugenia Vidal y a Mauricio Macri.
“No le será renovado el contrato labora que usted poseía con la Municipalidad de Quilmes, por pedido de autoridades provinciales y nacionales, respecto del personal contratado”, se lee en el breve escrito con fecha del 29 de diciembre.
En la jornada de hoy la mayor parte de los despedidos se enteraban de su situación al momento de llegar a trabajar. Por lo cual el Intendente, de pasado gastronómico, dispuso de un fuerte operativo policial que apostó policías uniformados y de civil en todas las delegaciones municipales.
En estos momentos los trabajadores realizan asambleas, vigilados por la policía, y definen los pasos a seguir.
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