La asamblea permanente por la Preservación de las Sierras denunció, mediante un comunicado, que hay un intento de convalidar un proyecto que pretende instalar en el valle interserrano, sobre la Av. Don Bosco, infraestructura y construcciones que corresponden a zonas urbanas.
El comunicado:
Asistimos con estupor al intento de convalidar un proyecto que pretende instalar en el valle interserrano, sobre la Av. Don Bosco, infraestructura y construcciones que corresponden a zonas urbanas.
En primer lugar, naturaliza una práctica éticamente repudiable: pedir que el estado otorgue privilegios por plata. ¿Alguien puede ponerle precio a la Naturaleza? ¿Qué gobierno tiene derecho a poner en riesgo a cambio de plata la calidad ambiental del conjunto de la ciudad y de las generaciones futuras?
Además, ¿Quiénes son los integrantes de la comisión de gestión territorial que invocan como autoridad técnica? ¿Por qué este tipo de convenios dejaron de ser publicados en la página del municipio desde el 2016?
El derecho a la información también está siendo sistemáticamente vulnerado. 48 hs antes, la ciudadanía se entera por los diarios que está a punto de ser tratado este proyecto en el Concejo Deliberante, adonde llega con un largo camino allanado por los funcionarios públicos. A la luz de estos hechos, es razonable temer que los rumores de ampliación del barrio cerrado (aprobado en tiempos de Zanatelli y apoyado con obra pública por la actual gestión), se concretarán.
Desde el punto de vista urbanístico, si el argumento fuera brindar más servicios a los turistas cabe preguntar porque amontonarlos en una misma y reducida zona dónde el principal valor es la cercanía a las Sierras, el contacto con la naturaleza, la tranquilidad, el paisaje.
Ya invadieron el valle interserrano y van subiendo por las laderas de las Sierras, la superposición de infraestructura, negocios y nuevas urbanizaciones destruirá su valor. No sólo es inaceptable desde el punto de vista ambiental, se volverá un boomerang.
La codicia de algunos, la falta de visión y los criterios privatizadores de la gestión comunal, lejos de mejorar Tandil, satisfacen los intereses de los “desarrolladores inmobiliarios” degradando las Sierras y las cuencas hídricas, sumando riesgos de contaminación de las fuentes de agua y fragmentando la ciudad.
¿Qué sentido tiene permitir en el corazón de las Sierras, en el área comprendida por la ley de paisaje protegido, en el área que constituye un circuito de disfrute natural de tandilenses y turistas, un gran centro comercial con más de 30 locales y un mayor índice de construcción?
Además, cómo se ve en la imagen que se adjunta, el proyecto será más funcional a dotar a la zona de características urbanas al servicio de los barrios cerrados, consolidando la urbanización elitista del sur, que a preservar los valores de un área que debe preservar sus características naturales y detener las construcciones.
La construcción de viviendas y centros comerciales deben hacerse en aquellos lugares dónde corresponde, respetando criterios ambientales y urbanísticos. Esta es una función indelegable de autoridades que tienen el deber de defender el interés público.
¿Quién gobierna y para quién en Tandil?
Por todo lo expuesto: Solicitamos a los miembros del Concejo Deliberante que rechacen este proyecto y trabajen por una ciudad integrada, sostenible y democrática.