Mercedes es una madre, vecina y amiga de la ciudad de Tandil. Uno de sus hijos padece Síndrome de Asperger y, a raíz de la noticia que estuvo circulando en medios nacionales en las últimas horas, se decidió contar la experiencia que vivió su familia en el Colegio San José donde expulsaron a su hijo por sufrir esa patología. Una grave denuncia de discriminación que involucra a uno de los Colegios más tradicionales de la ciudad.
En la carta que la madre del niño envió a los diferentes medios de la ciudad pide que «no pongamos su nombre para no exponer a su hijo» y agradece a los docentes y autoridades de la Escuela N° 53 para los que «desde el día 1 no tengo más que admiración y agradecimiento ya que recibieron e insertaron a mi hijo con muchísimo amor , y jamás tuvo ningún inconveniente ni ninguna situación desagradable. Sin duda la escuela pública que tanto se critica a veces sabe manejar perfectamente este tipo de situaciones tanto con mi hijo como con un montón de niños con problemáticas similares»
LA CARTA
Por favor ruego publicar pero no poner nombres para no exponer a mi hijo.
Por la presente me dirijo a Uds. ya que en estos días se ha viralizado en todo el pais a través de los medios nacionales y las redes sociales la noticia de un niño con síndrome de Asperger que fue cambiado de curso y celebrado por las madres de un colegio religioso.
Quiero comentarles que sin ir mas lejos el año pasado en la ciudad de Tandil, más precisamente en el Colegio San José (colegio religioso de gran trayectoria), donde pregonan la Unión familiar, el amor y la solidaridad en cada ocasión que pueden, a mi hijo con síndrome de Asperger lo echaron sin opción a cambiarlo de curso ni a incorporar un acompañante terapéutico. Simplemente nos «invitaron a retirarnos» por no contar ellos con un gabinete psicopedagogico (que tienen todas las escuelas publicas obligatoriamente). Para ese entonces mi hijo ya había hecho en la institución desde sala de 2 hasta sala de 5 (4 años) y a las pocas semanas de ingresar a primer grado, por una conducta agresiva que presentó, decidieron apartarlo con una frialdad por parte de la directora y del profesor de educación física que jamás he visto de parte de alguien que trabaja en la docencia con niños. Esto nos generó una indignación y un dolor imposibles de manifestar, además del trastorno de encontrar banco en otra escuela en el mes de mayo.
Gracias a inspectoras a nivel local y provincial logramos que ingrese en la escuela 53 luego de que estuvo unos 15 días desescolarizado.
En el momento era muy grande el dolor y no quisimos exponer a nuestro hijo con lo cual no hicimos nada al respecto. Pero hoy que veo como se ha viralizado este tema no pude evitar sacar a luz lo que nos pasó.
Unos 10 padres nos acompañaron en este difícil trance pero los otros 20, con quienes compartimos 4 años, nunca tuvieron un mínimo acercamiento o una palabra de aliento, incluso algunos de ellos habiendo estado tomando mate en mi casa en años anteriores.
Cuando mi hijo comenzó en la escuela 53 nos recomendaron que fuese con un acompañante terapéutico, con lo cual al ser esto muy costoso debíamos pedir un certificado de discapacidad que nos fue expedido por el hospital para lograr que la obra social cubriera este gasto. Cuando presentamos dicho certificado en la obra social «Sociedad Italiana» (del que éramos afiliados) nos expulsaron a todo el grupo familiar por aludir que habíamos firmado una falsa declaración jurada al ingreso a la misma ya que no habíamos avisado que nuestro hijo tenía este síndrome (del cual aún no teníamos certificado de discapacidad). Luego siguieron los intentos fallidos durante un año entero para tratar de afiliarnos a distintas prepagas donde nadie nos quiso aceptar por este problema. Finalmente con un recurso de amparo logramos tener desde hace un mes una prepaga (mientras tanto con muchísimo esfuerzo pagando el acompañante de nuestro bolsillo).
Quiero aclarar que desde el día 1 la escuela 53 de donde no tengo mas que admiración y agradecimiento recibieron e insertaron a mi hijo con muchísimo amor , y jamás tuvo ningún inconveniente ni ninguna situación desagradable. Sin duda la escuela pública que tanto se critica a veces saben manejar perfectamente este tipo de situaciones tanto con mi hijo como con un montón de niños con problemáticas similares. Se de muchos casos en Tandil, el nuestro no es el único lamentablemente. El daño que le hacen a la familia y en especial a los chicos es infinito y deja una huella difícil de borrar porque es la muestra de la sociedad hipócrita, ignorante y desalmada en la que vivimos.
Por último remarcar que mi hijo más alla de en ocasiones no poder manejar como otros chicos la frustración y tener dificultades a veces para establecer vínculos con otros niños, es una personita hermosa, dulce super cariñoso e inteligente.
Quiero que la sociedad tandilense sepa que acá también ocurren estas situaciones desagradables.
Mercedes, madre de un niño con Síndrome de Asperger.