Jorge San Miguel vive actualmente en la ciudad de La Plata, aunque por trabajo y por política siempre está conectado con Tandil. Ya de grande y junto a su segundo hijo Pablo (ingeniero industrial al igual que él) estudiaron un postgrado en la Universidad Tecnológica Nacional y crearon una consultora en la que ambos trabajan: “Estamos tratando de tener mercado en Tandil que me permita viajar más seguido, aquí tengo toda mi familia y ya soy abuelo” cuenta.
¿Cómo empezó tu historia en la política?
Soy ingeniero industrial. Cuando me recibí trabajé 5 años en Metalúrgica Tandil, y a partir de ese trabajo conocí un montón de empleados, con los que empecé a participar en política y creamos el Ateneo Felipe Vallese en el Barrio Metalúrgico. Fue en la época de la Renovación Peronista de Cafiero, año 1985.
¿Desde ese espacio te hiciste conocido?
Así conocimos a la gente que conducía el peronismo en ese momento, que iban por la candidatura de Gino Pizzorno y cuando ganó, me invitó a participar como director de la Usina. Fue una experiencia muy buena, de los mejores recuerdos que tengo dentro de la actividad política porque yo era muy chico, tenía alrededor de 30 años, estuve un año como director y los otros tres fui presidente.
¿Qué llegaste a lograr desde la Usina Tandil como director y presidente?
A mí me gusta mucho la gestión pública, por lo tanto pudimos avanzar en una empresa modelo y se pudieron hacer muchas cosas. Desde el punto de vista de la gestión recuerdo la reparación de los motores y que Tandil fue una de las tres ciudades de la República Argentina que no tuvo cortes en un momento en que el sistema energético exigía bajar la potencia consumida en el horario pico, pero con los motores en marcha nosotros no cortamos la energía.
Recuerdo que ingresamos el sistema informático a la Usina, porque no tenía computadoras. Compramos y armamos todos los sistemas con personal propio de la empresa. Compramos vehículos, hicimos un montón de obras. Fue una modernización y empezamos a utilizar herramientas nuevas de gestión que hasta ese momento no se habían utilizado.
¿Cómo fue que ese ingeniero industrial que tan jovencito llegó a ser el presidente de la Usina y en poco tiempo pasó a ser el referente del peronismo local?
Fue casi sin darme cuenta. Cuando terminaba la gestión en la Usina, la gente del Ateneo Felipe Vallese y un grupo importante de gremios conducidos por Roberto Cabral y Teófilo Ordóñez que eran quienes me acompañaban en el directorio de la Usina, empezaron a impulsarme y pedirme que siga en política participando activamente, por lo tanto ya pensamos en armar un proyecto. Fuicandidato a intendente y presidí el partido Justicialista durante cuatro años.
Después de esos años en Tandil te fuiste a trabajar para la Provincia
Me llamaron de la Provincia de Buenos Aires para trabajar como presidente del organismo de control de energía. Así fui pasando la vida, una pierna apoyada en la parte técnica y de gestión y la otra pierna en la política, desde el justicialismo y la posibilidad de ir participando. En los últimos años tuve el honor de ser un referente del kirchnerismo después de haberlo conocido a Néstor Kirchner en el año 2000 y haber participado activamente de su llegada a la presidencia.
¿Qué enseñanza te dejaron los años como principal referente del peronismo de Tandil
Yo empecé desde muy joven, quizá con poca flexibilidad y no tuve la capacidad de negociar con otros sectores del peronismo de la ciudad. Eso me costó ir aprendiéndolo a lo largo de los años. Uno tiene que conducir a todo el justicialismo y cuando me di cuenta fui saliendo de lo que era el Ateneo Felipe Vallese para tratar de conducir la mayor cantidad de justicialistas de Tandil. Creamos una agrupación que se llamó Primero Tandil.
¿Hoy como ves esa situación en el peronismo?
Sigo pensando lo mismo, en Tandil se tiene que pensar primero en ganar, porque es la aspiración que tienen todos los peronistas de la ciudad y eso nos tiene que unir. Y después sí podemos tener distintos matices, distintas diferencias en las políticas provinciales o nacionales. Nos tienen que ayudar también desde arriba, que no se dividan mucho, y que hagan algo parecido de lo que yo pretendo para Tandil.
¿Lo decís por la discusión actual del peronismo en torno a Iparraguirre?
Creo que se definió en esta última elección y el candidato de todos tendría que ser el que más votos sacó. Si en el 2017 fue Rogelio Iparraguirre creo que todos, para el 2019, tendrían que ir pensando cómo pueden colaborar con Rogelio y ayudarlo a hacer una muy buena elección en 2019. Si nos ayudan las circunstancias nacionales podemos ganar y sino fortalecernos para 2023.
En este espacio yo fui invitado por Rogelio a través de Roberto Adaro, con quien trabajé en la secretaría de Medio Ambiente de la Nación, a participar de estos equipos técnicos en el área de Energía y tratamos de colaborar a pesar de que tengo mi tarea como ingeniero en la ciudad de La Plata y Buenos Aires. Tratamos de colaborar con él llevando ideas y volcando experiencias, especialmente las malas como para que no las repita y desde el punto de vista técnico todo lo que he aprendido de tantos años en el sector energético provincial y local.
¿A tu entender Iparraguirre puede llegar a interpretar a la sociedad tandilense?
Si, no tengo ninguna duda de que Rogelio va a ser uno de los principales del futuro, creo que tranquilamente puede conducir a toda la sociedad, creo que depende de su inteligencia que la tiene, de su capacidad de trabajo que también tiene, y de hacer un buen diagnóstico de lo que necesita la ciudad, de desarrollar políticas y entusiasmar a la gente de Tandil con que podemos estar mucho mejor de lo que estamos ahora.
Siempre en esto se necesita una pequeña cuota de suerte y esperemos que se la demos todos los justicialistas, y fundamentalmente se necesita que todos los sectores del peronismo acepten y sean inteligentes en el momento de definir cuál es el posicionamiento ante los próximos pasos que tiene que dar el partido y es la sociedad la que tiene que acompañar.
Vos conoces muy bien al peronismo de Tandil y está muy dividido
Esto es como un gérmen que entró hace muchos años, yo lo viví en forma muy activa esto de las divisiones, las diferencias personales, los celos, las ganas de ser protagonistas. Muchas veces dentro del protagonismo te tocan distintos espacios y hay que entender que por ejemplo, intendente hay uno solo pero sí hay 50 o 60 lugares desde donde se puede trabajar por la ciudad y creo que eso es lo que tiene que suceder en Tandil.
El resto es mucho diálogo, entender a cada uno y encontrar el lugar adecuado para ellos y de parte de todos nosotros dejar de lado los egoísmos, las vibraciones y los egos y darnos cuenta que la gente en esta etapa del justicialismo ha elegido a Rogelio y el resto tenemos que colaborar con él.
¿Si el peronismo se junta tiene chances de ganar?
Si uno mira todas las listas en donde participaron los justicialistas y suma esas voluntades estaríamos en posición de perfectamente ganar la ciudad de Tandil, esta es la inteligencia que se necesita. Lo dice alguien que no logró ese objetivo por no saber articular para poder llegar al poder.