En un acto restringido con pulseras Macri, Vidal y Lunghi hicieron campaña en Tandil

Afuera del Club Independiente, sobre la calle avellaneda se vivía una calma poco común en el horario de las 11:30. Las vallas estaban perfectamente colocadas a lo largo de dos cuadras para la tranquilidad de los asistentes.

Para ingresar dentro del corral armado por la policía era necesario tener una pulsera que cumplía el rol de restricción de los asistentes. Sin una pulsera extendida por alguien de Cambiemos local, no había manera de entrar. Por supuesto que los cerca de 2 mil asistentes hicieron una fila única, de manera ordenada y paciente.

Dentro de la cancha de básquet, el escenario 360 rodeado de sillas estaba perfectamente preparado para que los funcionarios y candidatos queden de frente a los periodistas cuidadosamente ubicados en las gradas, de manera de que salgan en todas las fotos y filmaciones de fondo y rodeados de «gente común». Si bien la cancha nunca llegó a llenarse, habilitaron un sector de las gradas para que pueda ingresar gente sentada.

El primero en hablar fue Miguel Lunghi, que si bien no es candidato en esta elección, decidió ponerse la campaña al hombro porque no confía en que Civalleri por sí solo pueda ganar la contienda. El intendente agradeció las «obras en los barrios más humildes de Tandil» y destacó que entre Nación y Provincia, la ciudad ya recibió más de 550 millones de pesos para obras.

Luego de Bullrich y Ocaña, fue el turno de la gobernadora. Le mejor oradora que tiene la alianza Cambiemos fue la encargada de presentar uno por uno a los principales candidatos de la Provincia de Buenos Aires. Además de Esteban Bullrich y Graciela Ocaña que habían hablado al público, también se encontraban Guillermo Montenegro, Gladys González y Hector «Toti» Flores.

Finalmente fue el turno de Mauricio Macri que comenzó haciendo uso de localía y contándole «a María Eugenia» que en este club (Independiente) había aprendido a andar en bicileta y que en el Club Ferro aprendió a nadar; y destacó que el club cumplirá 100 años.  A continuación hizo el mismo discurso de esperanza y fe que es tan característico en el PRO, habló de corrupción, de narcotráfico y aseguró que bajará la inflación, animando a los asistentes con el ya clásico «si se puede», que generaba un coro del público con la misma frase.

Al finalizar dijo «basta de mentiras, basta de mañas, basta de mafias» y agregó que la gente no tiene que decir «soy pobre», sino que tiene que decir «estoy pobre», porque «de ahí se puede salir con capacitación y con trabajo».

Finalmente al ritmo de la música, los asistentes comenzaron a salir mansamente hacia la calle, donde los asistentes locales se desconcentraron y los grupos o contingentes que vinieron de ciudades vecinas iban quedando en la puerta buscando a todos sus integrantes.

 

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