El 2016 fue un año difícil para Lunghi por la cantidad de conflictos que se suscitaron en torno a reclamos dedicados directamente al jefe comunal. En el 2017 en cambio, un año electoral, el intendente se ocupó de resolver rápidamente todo aquello que pudiera generar rispideces, y el conflicto con vialidad se inscribe en ese sentido.
A 20 días de las elecciones primarias, el mandatario no podía permitir que un conflicto sindical hacia el interior de la municipalidad le traiga problemas, en un escenario electoral incierto y con una derrota electoral en puerta (según las encuestas), la primera desde que asumieron el poder municipal en 2003.
«Pedimos reacondicionamiento de los baños que no están en condiciones, la mayoría de los vehículos no están verificados, también que pasen a nuestro capataz a tareas insalubres y horas extras», explicó Walter Oporto, delegado del área.
Luego de esas declaraciones se conoció que finalmente el conflicto quedó resuelto y no habrá protestas ni paros. Una buena para la campaña oficial.