El sábado a la noche se llevó a cabo una fiesta matinee en el Club Los Cardos que, según la difusión del evento, terminaría a las 24 horas. Sin embargo a las 23 los organizadores prendieron las luces y desalojaron el lugar, argumentando que el municipio no los dejaba hacer la fiesta hasta la hora pautada. Por tal motivo, una madre se comunicó con LOT y enció una dura carta que reproducimos a continuación.
Irresponsabilidad y negligencia en una fiesta para menores
Green Fest: se fueron a los cardos
El domingo por la noche tuvo lugar una de las habituales matinees, organizadas para menores. Esta vez era la Green Fest, del Club Los Cardos. El encuentro era de 21 a 24, tal como se fue difundiendo días previos a través de las redes sociales.
Sin embargo, a las 23, los organizadores cortaron la música, encendieron las luces y desalojaron el predio, dejando a la intemperie a decenas de niños (entre 12 y 14 años) que no sólo no sabían del cambio de planes (a excepción de los socios del club, que fueron retirados a esa hora) sino que tampoco podían comunicarse telefónicamente con sus padres, a raíz de la mala señal que existe en la zona de El Paraíso.
El argumento de algunas integrantes del grupo organizador fue que el Municipio, finalmente había habilitado hasta las 23 y que tal noficación fue recibida luego de que se diera a conocer la realización de la matinee, en su formato de tres horas.
Ahora bien, los responsables ¿cómo convocan a una fiesta que aún no cuenta con la habilitación municipal correspondiente? ¿no pudieron rectificar el cambio de horarios, difundiéndolo del mismo modo que hicieron con la primera información o colocado carteles en el ingreso al club? De este modo tan sencillo, por ejemplo, los responsables de los menores se hubieran enterado al momento de llevarlos y ahorrado la incertumbre que imperó de 23 a 24, tanto para los chicos como para sus padres que recibían llamadas perdidas y no podían comunicarse con ellos.
No se trata sólo de una mera desprolijidad del Club Los Cardos, es un avasallamiento a los derechos de todos esos menores, quienes estuvieron expuestos a la desprotección y abandono por parte de los organizadores, en medio de la noche, en un predio alejado, con minimas condiciones de iluminación. No ofrecieron garantias mínimas de comunicación, ninguno de ellos pudo avisar que los retiraran antes, no había adultos velando por ellos y, como agravante, los desalojaron del espacio cerrado donde se llevó a cabo la matinee.
No hubo que lamentar ningún episodio trágico, es cierto. Pero tampoco se contó con ninguna garantía de protección, de cuidado a esos menores que asistieron a divertirse y terminaron diseminados en el predio del club, en plena noche, esperando una hora a que sus padres los retiraran. De toda la sociedad depende que estos hechos no se reiteren, de la toma de conciencia de que cada derecho que se vulnera es un retroceso colectivo hacia la necedad y la naturalización de la ilegalidad como un hábito cotidiano.