Los llamados que salieron desde la Casa de Gobierno a los radicales del Chaco sugiriendo nombres para el armado de las listas para las elecciones legislativas de octubre fueron las gotas que rebalsaron el vaso.
Angel Rozas, ex gobernador del Chaco y titular del radicalismo provincial, tradujo en hechos concretos el fastidio que siente buena parte del radicalismo a nivel nacional por el permanente ninguneo que sufren sus referentes de parte de la dirigencia del “PRO” a la hora de integrar candidaturas u ocupar puestos de relevancia en el gobierno.
Rozas no aceptó las recomendaciones de la Casa Rosada de poner a Leandro Zdero, hombre de confianza de la funcionaria nacional radical Aída Ayala, como cabeza de lista y tampoco le dio lugares expectantes al PRO y al ARI. Al macrismo le ofreció el séptimo lugar y al ARI de Lilita Carrió algún lugar más abajo, lo que fue interpretado como una devolución de “gentilezas”.
El PRO se presentó ante la justicia chaqueña para refrendar su salida de alianza Cambiemos y exigió que se le impida a la UCR la utilización del nombre de coalición, lo que no fue aceptado por el tribunal que a su vez, habilitó a la UCR provincial a utilizar ese nombre en una próxima elección.
Los pasillos de la Casa de Gobierno que conducen y rodean las oficinas del ministro del interior Rogelio Frigerio por estas horas son un hervidero, temerosos sus hombres de que esta situación se pueda replicar en otros distritos lo que pondría a Cambiemos (en tanto alianza entre el PRO y la UCR) en una situación de gravedad con vistas a los comicios de octubre.
